sábado, 30 de abril de 2016

VII/I/VI

La luna es una bella testigo de mis andares por aquel patio de viejos recuerdos.

Yo, una fantasía errante, deshojando mis memorias una por una, divagando en mar del tiempo, soñando.

Mis ojos se pierden contemplando el manto infinito de las viejas estrellas, es imposible no experimentar nostalgia, no sentir cierto abandono, me hundo en las fauces hambrientas de un ser cruel llamado olvido.


Sobre esta tierra moro, sobre esta tierra duermo, sobre esta tierra me pierdo.

Bajo esta luna “amo” sin amar a nadie, nada quiero ni requiero nada, nada soy, nada espero.

Espero la oscuridad sin más remedio, espero no hacer daño al vivir esta ilusión, esta careta, jadeando entre la niebla.

Algunas madrugadas no puedo más, cubierto de sombras, sangro sombras, sollozo sombras, me sofoco entre sombras, mi esencia proviene de las sombras, siempre sombras, malditas sombras.

Mis rosas se esparcen por la piel, las espinas punzan mi espíritu, la perdición es gratuita, la sed es eterna. Hay un lago negro en el fondo de mis ojos.

Oscuridad que asemeja vida, oscuridad liquida melancólica, enferma, castigadora, flagelante, dadora de malestares, eterna condena, mi eterna compañía por las noches de las noches amén.
(¿Eterno amor?)

Demasiado viejo para sentirme vivo, demasiado joven para poder morirse.
Incapaz de un gozo lumínico veraz, incapaz de buscar la salvación, sólo sé de una sed torturante.

Movimientos mecánicos de mi ser, palidez de mármol, tic- tac relojero maldito, negro corazón, decepción de Dios, cuervo estúpido, cosechador de almas teñidas de rubí, necesidad de acechar.

Lo que escriba es poco para que sepas…


Salvador M El Bohemio
07/01/16 (R)


No hay comentarios.:

Publicar un comentario