sábado, 28 de febrero de 2015

Las caricias te delatan cuando vienes en busca de un goce y una noche, el humo del cigarro asciende de forma lenta, juguetea en el contorno de ésos labios carnosos que me destrozan la razón.
Pierdo la voluntad de resistir tu asedio de besos cada vez que mencionas el deseo de poseerme, porque, ¡No nos engañemos! Soy un objeto en tu colección de besos, de gente que te ve como una obsesión, soy un adorno de tu cuerpo, un colguije para tus senos, para delinear tus curvas, para penetrarte, para saborear los pliegues de tu sexo.
Sólo soy  un fetiche de placer, para una noche entre tus piernas, bajo tus sábanas, quemándome de forma lenta y placentera en el incendio que estimula la pasión sobre ese cuerpo adorado, supremo, innegable, sensual.
Estoy atrapado contigo en este tiempo, en tu cama, cuido celosamente tu sexo, en noches como ésta soy fiel guardián provocador de tus gemidos.
No importa lo que yo quiera, porque el simple hecho de ver tus ojos entrecerrados por el regocijo que te causa mi compañía en este deleite, es más que suficiente para sentir que soy eterno.
Me tienes, me atas, me muerdes, haces conmigo lo que quieres, nunca pongo resistencia, hay veces que siento que me muero en medio de un éxtasis provocado por tu lengua tan caliente, cuando me envuelves con tu boca, lamiendo y salivando este pedazo de mi cuerpo. Yo hago mi trabajo devoro esa delicia que  el la fuente de tu ser.
No hay cómo explicar el arrobamiento, el goce, el embeleso, la dicha que provocas en mi ser ¿Tendría algo de malo confesar que yo también entrecierro los ojos con un enorme satisfacción? ¿Qué me deleita de forma inusitada esta pasión? ¿Qué a pesar de ser el hombre me agrada que una mujer me viole en estás noches tan pasmosas? ¡Me agrada tu mando sobre mí!
Quiero que me despedaces, que me destroces, que arranques de mi S un placer prohibido, que sea un esclavo, me llenes de caricias sin piedad, que hagas de mí lo que tú desees. Úsame ahora, el futuro no entraña nada, esta noche soy un hombre sojuzgado, tus caderas son mi cárcel, tus piernas mis cadenas…. ¡Castígame con todas tus fuerzas, con esas ganas que dices tener por hacerme tan tuyo!


Salvador Méndez Z
27/02/15 ®



viernes, 27 de febrero de 2015

Destino Estelar


Ha pasado tanto tiempo, muchos años, la vida se me fue desde la última vez que mi memoria se rodeo de tu esencia.
No es que el olvido te aparte de mí, te recuerdo y te venero, no fui lo mejor para tu anhelo, tú eras toda pureza y yo era una simple y vaga sombra que nunca supo aprovechar el brillo de tu presencia, la calidez de tu amor.
Perdí el rumbo antes de que tú perdieras la tierra,
aún así tú derrochaste un inmenso y eterno amor por mí, por los tuyos.
Te merecias un destino mejor, una expresión inmensa de cariño, un jardín de flores sembradas con estas manos y de los de tu propia sangre.
Eras tan fuerte tan imbatible, tu belleza nunca mino tu determinación, tú querías moldear un futuro sano para nosotros.
Y mírame yo me descubro débil y tonto, me falta todo lo mejor de ti. Soy un manojo de despojos, rompecabezas mal armado.
Debí aprender más de tu forma de mirar este chiste, debí de ejercitar el carácter y no la vanidad.
Ésa era tu herencia, esa era la pieza del alma, la rondaba de mi corazón.
Soy sólo una sombra de tus sueños, en tu forja me dabas forma y fondo. Y yo preferí llenar la testa de virutas y vicios vanos.
¿Tendría algún caso pedirle perdón al vacío?
Soy un cobarde que batió retirada cuándo tú más me necesitabas, de éso están constituidos mis átomos, de cobardía.
Siempre en franca huida, destroze las esperanzas, quebre las rosas de tu fe, No hay remedio que valga, ni tesoro que consuele. Tú eras todo consuelo, todo tesoro, toda alegría.
Hoy eres una cicatriz, una herida, un desamparo, una soledad un abandono.
A veces hago algo raro, rezó, rezó por los que amo, que mi podredumbre no los toqué que sea dignó de su amor, pero y no faltará quien juzgue mi creencia...
No rezó por ti, no rezó por tu salvación, tu descanso, no lo hago...
Tú eras un ángel que yo no supe valorar, pero sé que estás en brillante y hermosa plaza, que te rodean estrellas, que hay cariño, que brillas con un amor propio cálido ¡Lo sé!
Lo sé porque tu luz todavía me llega, tu esencia ahuyenta mis demonios, tu voluntad me levanta, guía mi mano, me enseña la flor de la paternidad.
Tu destino es estelar, es el infinito, eres una joya más de ésta creación, no habrá olvido ni sombra que valga para ti
Hay algo muy bueno en mí y ésa nobleza en algún rincón de mi persona eres tú mi hermosa estrella.....

Salvador Méndez Z Le Bohémien
22/02/15
Dedicado a mi pureza, a mi madre...

La vida no es lo que queremos, es lo que aprovechamos, lo que compartimos con otros.
Pero somos orgullosos, estúpidos y egoístas, nadamos en un veneno muy espeso, un veneno propio, nos cubre el fuego del rencor.
Despreciamos la claridad de las palabras, la vida misma, hacemos de lado lo mejor y nos embadurnanos con el lodo de nuestra imprudencia.


Esta necesidad tirana de querer lamerte el alma, de acariciar tus sueños, de dormitar entre tus brazos.
Buscar la gloria en las mieles de tus pechos, deleitarme en tu mirada, tu boca en plena mueca de placer
Deseo penetrar y rasgar esta realidad injusta, aprisionante, que no deja matarme entre tus piernas.
Tu piel es un camino ansiado, tu boca es el manantial de mis deseos, tu lengua refresca mi esperanza. Me das de beber tu cuerpo, te doy a comer mi historia.
Tanto esperar entre sombras, este deseo quemante, ardiente, punitivo.
No me deja conciliar la vida este arrebato, este vacío de calor, de besos, esta muerte sin filo en la guadaña.
Estoy esperando en un sitio oscuro y frío, la llegada de tus besos cálidos, húmedos, exquisitos.
Quiero besar, morder y lamer todo de ti, quiero acabar esta faena de olvido, este desasosiego de tu amor...

Salvador Méndez Z 

27 de febrero del 2015 (R)



sábado, 21 de febrero de 2015


Dedicado con amor a mi dulce Scarlett


Eres mis ojos y mi alma, lo exquisito de existir,

Eres mis sueños y la vida,

Eres mi ocasión de ser mejor, de ser humano,

Eres mi responsabilidad, mis ilusiones,

Todo es pureza cuando las reflexiones charlan sobre ti,

Mi primer ángel, mi sonrisa,

Eres bella poesía,

Traviesa, risueña, tan viva,

Bailas entre el viento, ninfa de las flores,

Cantas y danzas con gracia,

Eres la promesa de una futura rosa,

Deseo tu felicidad y tu salud, rezo por éso,

Mis penas se disipan cuando compartes tu alegría,

Eres mi voluntad mi niña hermosa,

Una sublime inspiración, señalas el camino,

Llena de dones que mudan mi realidad,

Vestida con arcoiris, jocosa chispeante,

Eres la estrella que impera sobre esta lóbrega presencia

Princesa mágica para mis días, que aísla la soledad.



Salvador Méndez Z





21/02/15 (R)




Dedicado a mi dulce Ashley


Si pienso en lo hermoso, estás tú mi niña,
Si creo en lo bello, es por ti mi hermosa,
Si hay todavía inocencia en este mundo, es por tus risas, mi princesa,
Si tengo aún esperanza en este corazón es por tu existencia, mi pequeña rosa,
Si creo en el futuro, y me bato contra lo adverso, sangro y caigo sin claudicar, es por ti mi columna, fortaleza,
Es por sembrar tus sueños, hacerlos realidad, que cruzo espinos,
Si mi ánimo no languidece es por tu ternura,
Mi sol, mi joya preciada,
A mi razón le faltaba peso, a mi corazón escaseaba en impulso, Llegaste tú mi niña y saciaste mi sed mi oscuridad,
Tienes carácter recio que amalgama tu esencia con nobleza,
Eres mi conciencia, mi retorno a la inocencia,
Cuento contigo y tus reprimendas que me tornan en afable
Mi preciada hada de las risas, mi corazón de diamante,
Mi perla, mi estrella, mi alma que creía perdida.
Tú mi nena hermosa.



Salvador Méndez Z
21/02/15 (R)




viernes, 20 de febrero de 2015

Dedicado a mademoiselle Karina Ferreyra

Este andar entre sombras y opacidad no me ha dejado buen sino,
Las madrugadas son para los astros y los entes, espectros de recuerdos,
Las esencias de la soledad y la podredumbre, presentes que me otorgan mi desvarío y mi andar errado,
Voy a tientas como siempre, las promesas se me enredan en mi propia fe, tropiezo, caigo, sangro,
A veces parece que me congratuló con este fin nublado, pero es triste perdición,
Hay una pequeña luz que sigo, es tenue y aun así se adivina cálida,
Rompe por instantes está oscuridad agobiante, esta necedad,
Es buena estrella, un bello astro, una caricia que me aparta del abismo,
Quisiera ser digno de tal bondad, fiel seguidor, acaudalado amoroso,
Dar correspondencia a esa belleza, a esa mirada clara, prístina, cristalina,
Me descubro neófito y terrible, oscuro y amargo, sucio, desastroso,
Testigo soy de la existencia del corazón, hay miles, luminosos, sublimes, e incluso vacíos,
El mío sin embargo a pesar del eco del latido, es negro, sumergido en tinieblas, marchito y gélido,
No hay bríos ni atisbo de voluntad en este ser quebrado, sólo míseros suspiros de realidad,
Me obligó cada amanecer a encontrar la luz de esta esperanza, pero me envuelve el tiempo muerto en túnel seco,
Un rayo de luz, una fina hebra me ayudó a iluminar una certeza,
En el fondo de este negro pozo, este absurdo, sólo hay claridad en única verdad
¡Te amo!


19/02/15




Navegante de sueños y luceros,
Espero las noches para emigrar a costas de soledades con sueños atiborrados de pasiones,
El rumbo no es fijo, me pierdo, me falta brújula y buena estrella, me pierdo,
Hay miles de naufragios que dejó la tempestad, la vida,
El temido tifón del tiempo, del reloj de arena de la parca sedienta,
Los cofres de los años que han sido saqueados, quizás dilapidados por propia mano,
He querido surcar ese mar preciado de tu amor todas las noches, con pasión y alma de viejo marino,
A pesar del instinto, me falla la suerte y hace agua la esperanza,
El oleaje es enemigo impecable, me destroza las ilusiones, embate con sus segundos y sus horas,
Naufragó en un mar opaco, no hay luz de faro que guíe mi fallo,
Las estrellas me abandonan a un cruel océano,
Me sumerge una ansiedad en este mar de la memoria,
Me hundo en los recuerdos, no encuentro fe que salve ni, calma que alivie, me ahogo en tu abandono,
¿Dónde irá a parar este remolino maligno que me arrebata?
¿Dónde está el sentido de este absurdo?
Aún en este olvido acuático de amor, se puede encontrar belleza,
Atisbo un mundo nuevo, con mesmerismos de colores, conchas, caracolas, peces de diamante, sirenas eróticas, creaturas exóticas que me dan la bienvenida,
La muerte se viste de gala, se disfraza de locura,
Mis pies como plomos, las ideas peor, todo me sumerge de forma irremediable,
Arribó a un fondo suave, y me descubro sentado encima de una banca de coral, esperando que pasé un día más


Salvador Méndez Z
18/02/15


2,000 Años

Florencio Truqui era un joven sonorense que vivía en la ciudad de Hermosillo capital del estado de Sonora. De padres con buena posición económica, o al menos nunca había sufrido por cuestiones de dinero, sus padres le había provisto de buena educación y él no la había desaprovechado. Sus estudios eran óptimos, era de buen templé.
Desde niño él había demostrado una gran afición por todo tema sobrenatural, paranormal, brujas, fantasmas y todo misterio y ente que habitará en la oscuridad; y de todo este peculiar desfile de sombras que le apasionaba, un tema en especial era el mejor y más importante para él.
 Y no se imaginaba su existencia y una realidad en la que esta joya azul que conocemos como la tierra, flotará en el espacio sin más vida inteligente que la del propio planeta, él estaba seguro que allá afuera debería haber más seres pensantes y su pasión era contactar con éstos. Los ovnis eran su vida, quería grabarlos, tener pruebas, ansiaba contactarlos, verlos cara a cara. Nada detendría su deseo, aunque la vida se le fuera en ello.
Ya más grande en la UNISON (Universidad de Sonora) hizo contacto con un profesor en astronomía llamado Bill Evans Bryson (quien enseñaba en Sonora porque su mujer era de ahí), con quien compartió sus dudas acerca del cosmos, las estrellas y claro lo más importante el viaje por el espacio. El profesor nunca alimento su amor por los extraterrestres, le dijo que era un imposible, una ilusión, no quiso alentarlo en ese tema pero si en la Astronomía y eso resulto en una buena amistad.
Florencio Truqui también estudió Geofísica y aprovecho esta cualidad para que sus padres y muy de vez en cuando la universidad le pagaran unas expediciones a unos 70 kilómetros al noroeste de la ciudad de Hermosillo al desierto de Sonora en dónde se había hecho un experto en sobrevivir gracias a un indio Seri que le apoyo en sus primeros viajes de unos días que con el tiempo se convertirían en expediciones de casi un mes internado en la soledad buscando en las estrellas y en el mismo desierto vestigios, pruebas de un misterio tan grande como el mismo universo.
Pocos sabían la razón de sus expediciones, una privilegiada era su prometida, una belleza sonorense de cabellera rubia llamada Karen Merino quién conocía su afición y aunque no le agradaba lo apoyaba. Pero después de su última expedición, ella se encontraba muy preocupada, él no había regresado en la fecha prometida, habían pasado más de veinte días desde su partida y sus provisiones eran esta vez sólo para quince, y a pesar de conocer los métodos de los indios, ella y los padres del joven compartían una preocupación honda. Ya habían reportado a las autoridades tanto de la universidad como a las de policía y la movilización por su búsqueda era lenta y burocrática, a pesar de las mejores intenciones de las dependencias encargadas. En su historial con el joven Florencio ya habían pasado por semejantes “extravíos del joven científico” y al final regresaba como si nada. Al final estaban seguros de que regresaría con alguna historia rara.
Y así lo hizo una noche estrellada y bella. Lo encontraron enfrente de la casa de sus padres con la mirada fija hacía la puerta de ingreso. No hubo comentarios de por medio, sólo silencio y su rostro fatigado, sus harapientas ropas y una incipiente deshidratación. 
Lo atendió el médico familiar y durmió hecho una piedra por tres días, sus padres y su novia estaban al pendiente. Cuando despertó su novia Karen estaba a su lado, y el al verla estiro la mano que ella le tomo y acaricio, el empezó a murmurar sobre un logro, un logro extraordinario, tenía que saberlo ella, y ella le acariciaba el pelo queriendo calmarlo y él sollozaba y le susurraba que “había logrado el contacto ansiado”, pero que no recordaba del todo lo pasado y sollozaba. Ella lo consoló en su pecho y le dijo que todo estaría bien.
 Pero a Karen le inquietaba que a pesar de comunicar su éxito, la cara de Florencio no correspondía a la de un hombre son un sueño realizado sino más bien era una máscara de horror puro. Él sólo hablaba y hablaba de su experiencia. Le tuvieron que dar calmantes, pero aun así despertó a las tres de la madrugada gritando de terror. Llego un nuevo día y solicito la presencia de Karen, ella llegó a los pocos minutos y él no quiso a nadie más en su cuarto. Karen nunca vio ni supo de dónde saco una piedra ovalada, del tamaño de un huevo, estaba pulida, era muy extraña con símbolos. Se la entregó a ella pidiéndole que se la llevará al profesor Bill para que la mandará analizar, ella la observó, y la tomo entre sus manos, no parecía la textura  común de una piedra, y por momentos le pareció observar un brillo curioso.
De todos modos preocupada por Florencio la dejó a un lado de su cama y se ocupó de calmarlo. Al anochecer se retiró a su casa en dónde contacto al profesor Bill, él prometió visitar al joven Florencio en cuanto fuera de día.
Esa noche hubo “lluvia de estrellas”, lluvia de meteoros de las Gemínidas, el cielo estaba despejado y muchos la apreciaron hasta eso de la tres y cuarto de la madrugada cuando se desato un temblor trepidatorio de unos cinco grados pero de poca duración. Para la mayoría que dormía pasó desapercibido. Los padres de Florencio estuvieron entre los que siguieron durmiendo como si nada. Temprano en la mañana, la madre al ir a ver a su hijo, quién al parecer había dormido plácidamente pues no hizo ningún ruido en la noche. Se encontró con un cuarto revuelto y un hijo ausente, no había rastro de él, lo buscaron por todas partes sin éxito, sólo hallaron en el jardín una pequeña grieta en el piso de unos 30 centímetros de largo y unos cinco de ancho, la atribuyeron al temblor. Llamaron a la policía que les recordó que su hijo era ya un adulto y que mínimo debían de pasar 24 horas para iniciar una búsqueda.
Karen llegó después llamada por los padres, los acompaño en su dolor, les ayudo a acomodar un poco su cuarto y encontró debajo de la cama la extraña piedra que volvió a brillar de forma enigmática, recordó que se la debía entregar al profesor y pasadas las siete de la noche se retiró a su casa.
Esa misma noche Karen hablo con el profesor Bill por teléfono y le comento de la piedra, el profesor quedó de pasar al día siguiente por ella ya que le quedaba de camino a la universidad.
Más tarde Karen empezó a experimentar una sensación turbia que le oprimía el corazón, un miedo a una inmensidad tenebrosa que rodeaba su ser y trituraba su alma. Era algo inexplicable, sentía que las paredes de su casa eran absorbidas por una oscuridad maligna. Le solicito un té para relajarse a la sirvienta de nombre Yolanda y busco a su mascota lucero, una gata blanca. Yolanda le comento que había estado muy inquieta y después de maullar e ir de un lado a otro en la sala notoriamente nerviosa había escapado cuando ella abrió la puerta que da al patio para tirar la basura y ya no había regresado. Karen se resignó y se retiró a sus habitaciones. Apenas si consiguió dormirse.
A eso de las dos de la madrugada otro temblor trepidatorio de poca intensidad se produjo, ella con un sueño liviano se despertó de inmediato, la luz eléctrica fallo, observó asustada a su alrededor otra vez sintió un miedo a una oscuridad cada vez más oprimente. Las sombras en las esquinas de su cuarto parecían tener vida propia y crecer a momentos. En ese instante empezó una serenata de ruidos extraños en los alrededores. Karen se incorporó y se colocó una bata, sin abrir la puerta del cuarto le grito a la sirvienta. No hubo contestación humana, sólo aumentaron más los extraños ruidos, algo rascaba el vacío.
La piedra brillaba de nuevo ahí en donde la había puesto sobre el buro cercano a  la cabecera de su cama. De inmediato tomo su teléfono celular y le marco al profesor, la suerte la acompaño el profesor estaba despierto quizás por el temblor, le suplico que viniera a su casa. El profesor un poco extrañado accedió ante tanto ruego y le prometió ir en cuanto se vistiera. No tardaría estaba a pocos minutos en auto. Esto tranquilizo un poco a Karen, pero afuera parecía haber un remolino negro, tenebroso  lleno de crujidos y rasguños en las puertas y ventanas. Karen volvió a llamar a Yolanda sin éxito. Después de pensarlo un poco se armó de valor y salió de su recamara para armarse de algo mejor y agarro un cuchillo de buen filo de la cocina.
Tan sólo al poner el pie en la sala vio con horror que la puerta que daba al jardín estaba abierta. Tragando saliva se acercó empuñando el cuchillo con la firme determinación de cerrarla. A punto estaba de lograr su cometido cuando pudo apenas vislumbrar una “oscuridad viva” que parecía rasguñar el ventanal que daba al jardín. Dio un grito y retrocedió replegándose a su cuarto, cerró la puerta y atrinchero la puerta con una cómoda. Los crujidos y rasguños se escuchaban con más claridad, cercanos, en las paredes, en los muebles ¡En su propia puerta!
Ella temblaba, sus labios imitaban a su cuerpo. ¡La puerta se abrió de golpe! ¡La oscuridad devoro la poca luz de la habitación que llegaba de la calle! Sólo la piedra brillaba con mayor intensidad permitiendo apreciar apenas unas vagas siluetas y una de esas siluetas negra, delgada con brazos largos abrió unos fríos ojos rojos a pocos metros de ella. Ella apretó el mango del cuchillo y cuando vio que esa cosa se acercaba sin inmutarse, lanzo una cuchillada certera. Aquello ni siquiera noto el cuchillo hundiéndose en su cuerpo viscoso. Karen retrocedió hasta la cabecera sintiéndose perdida. De pronto por reflejo o por locura levanto la fulgurante piedra y se la aventó a esa sombra horrida y está la atrapo con una especie de garra que destilaba sarcillos de oscuridad, miro la piedra y una extraña mueca parecida a una sonrisa se dibujó en su cara. Karen cerró los ojos aterrorizada, estaba perdida.
Un destello de luz llego de la calle, el sonido del motor de un auto estacionándose rompió el silencio amargo. Karen abrió los ojos y alcanzó a observar unas siluetas de algo parecido a la oscuridad que alejaban, eran tres o más. Después unos toquidos en la puerta principal le hicieron reaccionar.  
Le abrió al profesor Bill  y se echó a sollozar en su pecho, el profesor la consoló lo mejor que pudo. Aquello había terminado. Karen se acordó de la sirvienta, la fueron a buscar a su recamara. No había nada, sólo un cuarto revuelto. Revisaron en toda la casa, salieron al jardín y ahí cercana a una pequeña grieta de unos 25 centímetros de largo y 4 de ancho, esta vez estaban retazos de una ropa ensangrentada perteneciente a la sirvienta.
Karen le contó lo sucedido al profesor que escuchaba incrédulo. Ella le aseguro que en el desierto al parecer Florencio había contactado con extraterrestres, de alguna manera la piedra era la conexión, pero ahora la piedra había regresado a sus dueños. Al fin por estrés o por los nervios le reclamo al profesor el hecho de que nunca le había creído a Florencio.
El profesor se quedó pensativo, para después decirle con pesar que, él nunca lo había alentado en sus creencias de vida extraterrestre por la simple razón de que la  galaxia más cercana Próxima Centauri  con posibilidades de albergar vida estaba a 4,3 años luz.
Le explico que un viaje de una civilización desde aquellas lejanías equivaldría a 2,000 años para poder llegar, sería mucho más tiempo del que viviría cualquiera.
—Incluso a velocidades próximas a las de la luz: “Por supuesto, es posible que seres alienígenas viajen miles de millones de kilómetros para divertirse, trazando círculos en los campos de cultivo de Inglaterra, o para aterrorizar a un pobre tipo que viaja en una furgoneta por una carretera solitaria de Sonora (deben de tener también adolescentes, después de todo), pero parece improbable”.
—Lo más lógico en extraña forma, es que Florencio quizás si hizo contacto con algo, pero ese algo no es del espacio exterior.
 El profesor desvió su mirada hacía la pequeña grieta.
—Más bien contacto algo siniestro allá en lo profundo, sumergido en la vieja tierra.

Salvador Méndez
19/02/15 ®








domingo, 15 de febrero de 2015


Tanto he andado sin profundizar en nada

Perdido como soy

Lóbrego como debería

Soy panal desbordando sueños, sueños como aguijones

Aspereza, desolación a veces brillo entre fuego y hielo
A veces me descubro solo
En una playa lejana
A orillas del firmamento
Con las estrellas cubriendo el alma
Navego por destinos que no elijo y comulgo en sacristías de sombras
Me invade el ansía por cuerpos afables, manejables y labios rojos
Me abraza la noche, un minuto más
Una búsqueda, una travesía eterna
He emprendido la marcha de los olvidados
Una sonrisa macabra se ilumina
Contemplo el río, su cauce de lágrimas en donde se forman los eones en donde se náufraga siempre por hastío
Maremotos de pasión, marejadas con deseos marchitos
Todo inunda mi ser, mis regiones y mi vida
Esa pequeña muerte
Que llena los cementerios de perdedores
Amo cuánto conozco
Conozco poco y quiero más
Pieles, sonrisas, seducciones
Bóvedas plagadas de besos estelares
Profundidades ancestrales de mujer
De amores incompletos
Necesidad de contacto
Necesidad de ser parte de tu sueño
A veces prófugo de los despojos que deja mi vicio
El vicio que descubrí entre tus labios
Necesito morirme cada día
Morirme entre tus piernas
Ser objeto de tus suspiros, fuego ardiente entre tus senos
Sigo la rotación del eje hasta el fin del mundo y acabo siempre aferrado a tus caderas
Y también a esta humanidad que en mí resulta pagana
Emprendo la huida
Tus ojos se abren y yo soy sombra
Hago senderos de saliva por tus piernas
Trato de no amar más, el corazón no soporta ser acribillado con promesas de algún otro corazón que ni siquiera tiene parque
Vivo a la deriva, el pasado me asesina la memoria
Solicito asistencia y refugio en la embajada de tu cuerpo
Me encadeno a ti, quiero ser tuyo
Me quiero fundir en ti, en tu respiración en tu noche
Al amanecer me descubro aferrado a la ausencia
Te podría escribir toda mi vida, todos los poemas de amor, todas las locuras, todos mis escritos engarzados con joyas de mi alma
Y sé que tú no leerías ninguno
Se perderían en el desierto de la indiferencia que corona esa belleza tan salvaje, tan tuya
Pero aun así escribo, vivo y bebo de la vida
Aun así amo y quiero
Y me parece un espanto el fallecer
Despedirme entre el frío de una oquedad húmeda
Que me echen heces encima y digan que fui bueno
Desaparecer y pasar de todo, ser devorado por la tierra
No volver a mirar tu cadencia al caminar
Es raro pero de pronto el vacío y la oscuridad me cubren de nostalgias por caricias perdidas
Por noches tan solas bajo las farolas
Por amores huecos
Mi corazón esta desahuciado de vivienda, de patria, de razones
Mi corazón ya no sabe del cielo
Ya no sabe de calma ni de cama, ni mucho menos de tu amor
Espero que en otras vidas realmente seamos uno unidos por divinidad o un Mefistófeles no importa quién apadrine este amor
Amor es tener una razón
Amor eres tú y todas tus constelaciones
Tus fuentes, tu roca esculpida
¡Tú maldita seas tú! Por no estar
Por faltar tanto, por hacerme escribir estas letras toscas y necias con la garganta seca
Mi oficio era la felicidad
¡Y mírame! Aquí custodiando tristezas
Si éste fuera mi testamento
Sólo me quedaría dejarte el corazón

20/01/2015
Salvador Méndez Z (R)




"Caída"



He caído por amor rendido,
Los corazones enamorados son corceles poderosos,
La vida es una musa que se entrega a todos,
Aunque pocos la reciban de buen modo,
He caído por amor perdido, por necedad,
Me retienen el paso los humores, la negra suerte, grilletes pesados,
Se me revuelven los cabellos, los arremolina el viento frío,
Me jala me devuelve a la madre tierra,
El amor me hace los tobillos de cristal y los recuerdos de latón,
No voy a envejecer bien, no soy de ésos que saben esperar,
Corro y vuelo cual Hermes, deseando llegar a buen puerto y sólo encuentro el suelo,
Mi maldición es la necedad, mi bendición es la locura,
He sido derribado por una Eros alevoso un tirano con sonrisa afable,
Caigo, hago piruetas, naufragó en fango,
Soy de una fragilidad traumante, los sentimientos me ahogan, me derriban como pilluelos traviesos,
La gravedad y el amor van de la mano cuando se trata de derribar al espíritu,
No niego que el amor hace que uno eleve cual cohete, pero ¡Cuidado mucho cuidado! La caída es tormentosa, dolorosa y el dolor ¡Vaya el dolor!
Maldito cupido, no será que sea que eres hermano de Lucifer,
Ruedo y ruedo, caigo, dando tumbos y vueltas, un huracán azota, temible,
El amor es un maelstrom horroroso cuando una mano se alza en busca de auxilio y sólo encuentra vacío,
Pierdo el horizonte, el cielo es el piso, las flores son pájaros, el odio es amor, la vida es vacío, la muerte es plenitud, todo gira,

El cuerpo es fuerte aguanta golpes, tropiezos, fracturas, derrames, el mundo
Pero el corazón al primer desplome se desquebraja como cosa barata.

Salvador Méndez Z
15/02/15 ®







Este escrito nació de un acontecimiento curioso.
Me ocurrió el sábado, ayer, día del bendito amor y la amistad. Iba yo cruzando la calle, como siempre con la imaginación abarcando el pensamiento.
A lo lejos me percaté que se acercaba un motociclista con otras tres personas, no sé cómo caben tantos en tan poco moto. Bueno el chiste es qué tenía buena distancia para librarla bien y subir a la acera/banqueta. Pero aun así previniendo apresure el paso con tal mal paso que al subir el pie derecho lo hice tan mal que se me dobló de forma total y ¡Zas! Fui a dar al suelo de una forma muy graciosa ( no para mí, que me ha dolido el tobillo ¡Urrrrhghh!). Y pues una señora muy amable que pasaba me pregunto ¿Ésta bien señor?
Yo adolorido pero parándome por vergüenza de forma caaasi inmediata, sólo atine a decirle algo así como "Pues es catorce de febrero, por fin he caído rendido de amor"

La señora se alejó ¡Claro!
Debe de haber pensado que era un loco o un mal educado







sábado, 14 de febrero de 2015



Empezamos a conocer la beldad de la pasión cuando la medianoche nos cobija,

El alma descansa pero los demonios prenden el mechero de estos nuestros cuerpos,

Las tentaciones nos abrazan, se enredan en nuestros pliegues, no hay necesidad de hablar, para comunicarse tenemos las ansías, nuestros labios,

¿Qué me darás de beber y de comer?

Sabes que afano tus caricias, que regocijo en tu mirada, que eres mi prenda y mi afecto más preciado, la miel que bebo cada vez que viertes tu corazón entre mis brazos,

Me llevas de la mano por tu cuerpo, me guías, me enseñas, eres mi tutora predilecta, la que enseña la sustancia imperecedera, tus joyas que reclamo para mi gozo,

Soy fanático de tenerte en horizontes que nos colman de un placer inmenso, de suicidarnos fundidos en un cielo predilecto,

Cuando la medianoche nos cobija, tus caderas se encadenan a mi sexo, tus pechos rozan mis labios sedientos, mis manos aprietan tus piernas y arriban a tus glúteos deliciosos, tu melena balsámica envuelve mi cara, como tú envuelves mis noches,

Afuera los gatos maúllan en el tejado, la luna salpica y llena los techos de ilusiones, las hadas y los duendes copulan en los manantiales,

Todo es amor, deseo y erotismo, la vida nos ilustra y nos enseña que este es el camino,

La medianoche nos cobija, nos une nos ama, nos hace el amor con su fragancia y sus estrellas.



Salvador Méndez Z



14/02/15 ®

                           

https://www.youtube.com/watch?v=8wPCI2958CY



viernes, 13 de febrero de 2015



Nos atropellamos a besos, nos lamemos la piel, nos engañamos diciéndonos y prometiendo eternidad, la eternidad es traidora, coquetea con todos y no se va con nadie.

Mi cuerpo está a tu servicio, te lo ofrezco en sacrificio, quiero que rompas el espacio cruel que me mata y acabes devorando y degustando el fruto caliente que te ofrezco.

Los latidos aumentan, los gemidos también, te confieso que son la más bella melodía cuando muerdo tus labios, nuestros cuerpos se unen y tú emites el cantar de la pasión.

¡Te amo y amo tenerte, hacerte mía! Me agrada tu piel, me gusta morderte un poco, quisiera devorarte como una fiera salvaje, porque el tiempo se acaba y la muerte se llena de celo, quiere mi cuerpo y tu cuerpo, tanto como nos deseamos nosotros los amantes de los sueños.

Quiero matarme entre tus pechos, lamer tus costillas, hacer círculos en tu vientre con la lengua y mis dedos, quiero hundirme entre tus piernas, hacer florecer lo más gratificante, aquello que nace como una flor.

Una cascada de emociones me cautiva cuando entrecierras los ojos y el universo se da vuelta, cuando mi amor es todo tuyo y mi mente y mi cuerpo, y mis venas, mi tierra, mis sueños, las estrellas y mi fe.

Te quiero, te deseo tanto como para tenerte en mi cama desnuda todas las noches, las madrugas, los amaneceres y mi vida entre perfumados brotes de carmesís pétalos, que no podrán nunca opacar tu lindura.

Me muerdo las ganas y las manos, porque estás ahí desnuda entre mis versos y no te alcanzó, sólo te espero, perdido de amor y deseo.

Salvador Méndez Z



13/02/15 ®