lunes, 27 de julio de 2015

Y se acabó el lunes




Infección estomacal, calentura, sin comer, típico de un maldito lunes....pero por lo menos se está acabando


Y voy por ti siempre......



martes, 21 de julio de 2015

¡Soy feliz y......


No escribo de nada....


(4)


Los errores me crucifican la conciencia, me despojan de buenas esperanzas el pensamiento y todo se torna a la penumbra, aun así no tengo pena, penar es acercarse a los labios de la muerte, no me pierdo en los brazos del dolor, trato de ser empático pero no se puede, el placer no deja tiempo para ésas cuestiones, no hay de qué hablar más, los sentimientos están ebrios, dan vueltas, suben y bajan sin remedio, el corazón nunca ha sido el ideal para ser dueño de nada, para controlar ese viejo pedazo de alma, deja libres a los sentimiento y lo arrasan todo, de estas razones viven los locos iluso, incluso más los que se creen cuerdos.

Y yo no escribo de nada, porque todo está escrito, no queda de que escribir, no hay nada qué decir, el amor es una necedad, se mueve entre tumbas gélidas de las que no aflora nada, lágrimas y fuego, rosas negras y siniestras ninfas y no sirven de nada.

La muerte es cosa segura para todos, y debe de haber una suerte de encontrarla hermosa cuando es necesaria, es una beldad el fenecer entre amorosos brazos cuando es en buen tiempo y la oscuridad besa nuestros parpados, o al menos eso se espera.

Y no hablo de nada, no hay de que escribir, ni expresiones que valgan la pena.

¿De qué habló de qué va esto? ¿De los cuerpos y los besos? ¿De qué hablamos corazón? ¿De todo lo que ya se habló, de lo que se habla a diario?

Los cuerpos colisionan en los lechos, bajo sábanas, se enredan, se penetran unos a otros, se gozan, eso es la misma eternidad, es celestial, cambian los protagonistas de este fin, pero el fin es siempre el placer,

Pero de todo esto ya se habló, ya se escribió, es la misma melodía de siempre, viejos amores, odios, temores, la vida es solo un punto de conciencia en un mar inmenso, somos peces de ese mar, estamos a la deriva creyéndonos dueños, no hay nada que decir.

Siempre lo mismo, siempre será igual, aunque se disfrace con varios matices de realidad, son ilusiones de avance, de “evolución” de una especie que siempre será gobernada por sus propios demonios, niños que juegan en la eternidad, pequeñas llamaradas en medio de un gran y horrible vacío y no hay de qué hablar más.

Salvador Méndez Z El Bohemio

México 10/07/15 ®





Derroche



(3)



Estoy malgastando mis noches de amor y mis tiempos de cordura, la fe y las esperanzas se me cuelan por los bolsillos en este mi insípido abandono, las horas se desnudan en mi piel, son puntos fríos en el horizonte, estoy malgastando los años en placeres turbios, búsquedas de felicidades trémulas, la felicidad debería ser no buscar nada, no necesitar nada.

No se debe malgastar el alma con rezos y credos repetitivos, la perversidad es más honesta en nuestro corazón que es envidioso por naturaleza, no hay que malgastar las ropas, los utensilios, las habitaciones y los campos de los viejos padres, ni las amistades porque todo se deteriora, ni las caricias ni el placer, es preciso usarlas con ganas y no con simple suerte. Soy un rompecabezas de necedades y pensamientos, no hay nada que leer, nada que pensar.

Reniego de malgastar las letras, los pensamientos y la escritura en jodidos ruegos y súplicas, en escrituras y poemas tontos, y de todos modos en eso derrocho mares llenos de mis horas, se me escapa un universo del pensamiento cada madrugada, se malgasta la imaginación, trató de atarla con telarañas de vino y vicios, todo es inútil.

Voy a realizar una obra de caridad, voy a quemar estos sueños o pesadillas, voy a disolver estos fantasmas, estos castillos que derribare serán la tumba de estos anhelos, encadenaré a la bestia cruel que se llama corazón, besaré el borde de tu cuerpo para olvidarme del vacío en el que malgasto todo mi presente, mataré todo este sentimiento o lo malgastaré una noche más.


Salvador Méndez Z El Bohemio

México 09/07/15 ®


No nos espera nada



(3)

No nos espera nada

No nos espera nada, ni el calor que reseca nuestros labios, ni el viento que jugueteaba con tu cabello dador de gracia entre mis dedos, ni los sueños envueltos en sábanas de infinito que coronaban nuestras almohadas de lunas llenas.

No queda nada de aquellos días, solo velos de recuerdos horadados, dejamos esas viejas posesiones, travesuras típicas de los amantes, vistas a lo prohibido, no, no hablo ya de nada, los amores fallecen encadenados a pilares de olvido, no esperamos más de este vivir y de este seguir correteando nuestras sombras.

No hablemos de pasión, ni busquemos belleza en el pasado, estos labios en estos párrafos inocuos, esta burda imitación, este intento de respirar entre las letras.

Te podría dar algo mejor, quisiera, pero mis manos están vacías, desnudas de todo lo que agrada a tu mirada, no tengo ni fe, porque no nos espera nada, ni futuro, entre los brazos de nuestras madrugadas, intentos fallidos de un amor que fenece.


Salvador Méndez Z El Bohemio

México 08/07/15 ®


Desamor



(1)


Y nos alejamos cada día más, separados por un oleaje salvaje de tiempo gris que nos aplasta los sueños cada día.

Las caricias se trasforman en heridas que rasgan la realidad frágil entre las sábanas en donde los besos no consuelan ni desahogan el llanto y en tus ojos se pierde la luz.

Y nos dejamos como viajantes que se pierden entre las multitudes sin despedirse, caminantes huérfanos de patria, nos perdemos de los lugares amados, del lugar cálido de nuestro corazón.

Nos separamos y dejamos a los demás el desnudo cristalino de las almas que se hunden entre viejas pasiones y esperanzas ¿el dolor existe todavía o es la costumbre de sentir dolor lo que se siente en los viejos pliegues de nuestras pieles?

Las melodías viejas del corazón ya son obsoletas y se marchitan las flores horarias del tiempo amargo que sacuden el alma ahogando todo en este jardín de ocio, esta resequedad en las manos que ya no escarban entre las nubes para hallar lunas paletadas, hay dunas muertas de repletas de estrellas moribundas, estoy hablando de lo que no existe para soltar tu mano y dejarla fluir entre nieblas que te envuelven los recuerdos como amantes.

No hay vida más que cuando se ausenta, no hay amor porque es químico su esencia y el resultado y viceversa, observo tú mirada dirigida a la oscuridad del espacio, y yo no tengo que seguir tu mirada para ver estrellas, yo sé que las estrellas adornan tus ojos y me deleitaba con ellas todas las noches.

Hay oquedad en tu alma, un pozo negro que me es imposible llenar con lo que me quema el alma, no puede mi soledad batir tu mirada de pesar, nos abraza la tristeza y jala por tu piel mi sentimiento agotado.

Mascaradas, risas falsas, sollozos, todo cae en el abismo, un hueco abre sus fauces, la ilusión se enluta con el desamor, nuestros labios separados, el deseo anudado y la carne se enfría, las manos, nuestras manos se alejan.

Y aun así nos abrazamos tanto.

Salvador Méndez Z El Bohemio

México 05 de Julio del 2015. ®


domingo, 5 de julio de 2015

Diabólica

Diabólica
No queda más que admitir que siento un frío glacial y un miedo inconmensurable cuando tú cual lóbrega penumbra vienes a eclipsar mis días y me encadenas a tus pechos que no son gracia ni gloria, más bien un pecado mortal que hace arder mis manos cuando no mis labios.
Hay una oquedad siniestra en tus ojos, algo profundo se revuelve en tu mirada, me siento frágil e inseguro de que exista bondad en este mundo cuando tú órbitas mi realidad.
Mis pies se hunden en el fango entre asquerosidades despreciables, tú ríes y resoplas en éxtasis, quieres morder y lamer mi alma, rasguñar mi piel y destrozar mi fe.
Yo no puedo escapar, me sujetan tus manos, aferras mi sexo y clavas tus horribles fauces en mi pecho, en el cuello y disfrutas devorando mi ser, lamiendo con tu lengua viscosa sin que haya lugar sagrado ni prohibido en mi cuerpo. Me comes la esperanza.
Es un deleite para ti este desenfreno, esta hórrida pasión maldita, me hundes entre oleajes de tiempo muerto, porque cuando tú estás todo se detiene, las gotas de una lluvia amarga se quedan estáticas flotando, brillosas como bellas joyas, pero es la muerte este tiempo aciago. Hay sangre y muerte alrededor, no puedo parar esto y tu sonríes con malevolencia y veo la sangre entre tus dientes afilados, sangre mía, sangre de todos los desdichados que han pasado entre tus brazos y han bajado a tu erebo.
Te odio y aun así sigo besando tu grupa, sí estoy condenado, te maldigo pero aun así lleno de ósculos besos lívidos tus mismos pies, estoy perdido, el diablo me jala, se atiborra de mi deseo y ese diablo tiene aspecto de mujer, fémina diabólica…

Salvador Méndez Z El Bohemio
02/07/15 México ®






No sé

No sé qué me encanta más, que me recibas con los brazos abiertos o con tus ganas dispuestas, algo en mí que te gusta tanto me susurra que es lo segundo...
Me encantan tus ojos, me encantan tus labios, tus senos, tu vientre pero más me gusta sumergir mis deseos y mi lengua entre tus piernas...

Mis labios buscan los tuyos... perdóname si empiezo por abajo, me falla la orientación pero nunca las ganas...
No soy un cobarde, si te agarro a traición es porque sé que lo disfrutas tanto, lo sé porque no me rechazas, al contrario me dejas hacer con tú cuerpo un arte, una delicia, tu complementas esta necesidad de querer tenerte con ese cuerpo listo para amar
No hay más por hacer que juntar los cuerpos y darles a nuestra manos y bocas trabajo esta noche, un placer enorme nos encadena, nos invade y el calor se siente exquisito, tu boca sube y baja, recorres mi cuerpo y mis manos siguen tus curvas y se pierden en los pliegues, en los huecos de gloria y deseo, mi sexo y tu sexo juntos, fluye un jugo, elixir de vida y erotismo...tu sexo está húmedo...

Salvador Méndez Z El Bohemio
29/06/15 México ®


¡Nunca solos!

¡Nunca solos!

El bosque seco y oscuro no era un buen marco para aquellos aventureros que disfrutaban de las caminatas, se les veía preocupados con temor en sus rostros:
—No hay nada más, está terrible, algo en él está mal —dijo Alicia, mientras desviaba la vista hacia el arroyuelo cercano—.
— ¡Claro que está mal, es obvio! —dijo Ernesto—. ¡Míralo, su piel está jodida!
—¿Qué podemos hacer? —pregunto Alicia, ya un poco más alarmada—.
— Estamos muy alejados del poblado y no sé qué tenga pero es muy extraño, se ve cada vez peor, no queda otra más que llevarlo al pueblo.
—¡Dios mío, mira Ernesto! ¡Se le ha desprendido un pedazo de piel del lado derecho de la cara un pedazo cercano a la boca! —grito Alicia aterrada—.
—No podemos perder más tiempo, Alicia, hay que arrastrarlo al pueblo, quizás si lo sujetamos de los brazos o cargarlo. Yo no sé mucho de primeros auxilios, pero dudo mucho que le sirvan ahora.
—¿No tenemos medicamentos, quizá algo pare el dolor? —pregunto Alicia—.
—Nada que le pueda servir, no sé si será recomendable darle cualquier cosa, me acercaré para ver cómo le puedo ayudar.
—¿Será infeccioso? —Alicia abrió los ojos con temor—. ¡No, no te acerques Ernesto! ¡Puede ser contagioso, necesitas proteger tus manos, ayer estaba bien, no sabemos que le pudo haber causado esto en tan poco tiempo.
—No podemos dejarlo así —dijo Ernesto—. Tenemos que hacer algo, Alicia, no podemos quedarnos quietos sin hacer el intento.
—¿Y si nos pasa a nosotros?
—Ni siquiera lo pienses —comento Ernesto, mientras sus manos temblaban por causa de la impotencia y el temor.
—No quiero acercarme, ni que te acerques tú —gritó Alicia, totalmente descontrolada—. ¡No te acerques!
—¿Quieres que lo dejemos aquí, abandonado a su suerte? ¡No podemos hacer eso!
—Si quieres, tú te quedas a cuidarlo mientras yo voy al pueblo por ayuda —dijo Alicia con lágrimas en los ojos—. Yo puedo hacerlo, iré y regresaré rápido.
—¡No, no me dejarás con el paquete, no lo harás, Alicia! ¡Él es tu amigo, yo casi ni lo conocía! —dijo Ernesto mientras señalaba al inconsciente sujeto que estaba a pocos metros recargado en un árbol—.
—¡Oh Dios mío! —Los ojos de Alicia se abrieron con estupor, mientras una mezcla de asco y asombro le hacía retroceder—. ¡Mira, se le acaba de desprender otro cacho de piel, ahora de su frente!
—¿Paulo, te sientes bien? Me pareció ver que se movía, Alicia ¿No lo viste?—. —dijo Ernesto, mientras vencía al asco para intentar acercarse—.
—¡Espera! —grito Alicia—. Creo que lo escuche murmurar algo.
—¡Hay que ayudarlo ya, vamos!
—¡No, ya te dije que yo no me acerco!
—¡Por Dios, es tu amigo, Alicia, tu amigo! —grito frenético Ernesto, el cual no podía creer que Alicia reaccionará de aquella manera—, «Siempre ha sido tan dulce» —pensó Ernesto.
—Es qué….
—Me quieren dejar aquí, malditos des.. ¡Cof, cof! Desgraciados —Un Paulo con dolor en sus irreconocibles facciones les hablaba con dificultad—. ¡Malditos amigos de mierda!
—¡Tranquilo Paulo, te traeremos ayuda! —dijo Ernesto—.
—¡Sí, lo prometemos, aguanta Paulo! —dijo Alicia, superando por poco el asco naciente y aferrado en su garganta.
—¡Váyanse ¡cof! Váyan…!
—¡Sí, amigo, lo haremos y te traeremos ayuda! —le dijo Ernesto con un dejo de alivio en la voz—.
—¡Cof! ¡Váyanse a la …chingada, hijos de perra! Pero… ¡Argh! Está bien, creo que no lo lograré…¡Cof! Y todo es por haber ¡Cof! Besado a esa puta ayer en el pueblo… ¡Maldita zorra!
—¿De qué hablas, cuál zorra? —le pregunto Alicia—.
—¡No lo hagas malgastar sus fuerzas! —dijo Ernesto—.
—¡No vuelvan al pueblo, me sentí… extraño desde que besé a esa puta pueblerina! ¡Cof! ¡Arggghh! —Paulo se empezó a quejar de forma terrible mientras gruesas gotas de sangre le escurrían de sus ojos, nariz y oídos.
—¡Se está desangrando! —grito Alicia—.
—¡Tengo que hacer algo! —dijo Ernesto, mientras se encaminaba para ayudar al pobre desgraciado, pero la mano de Alicia le sujetaba el brazo y esto aunado a su propio temor le impidió avanzar más que unos pírricos pasos—.
—¡No te acerques! —le volvió a decir una angustiada Alicia—.
—¡No seas perra, nos necesita!
—¿No lo escuchaste? Dijo que se empezó a sentir extraño después de besar a una tipa en el pueblo.
—¡Qué demonios! ¡Está empezando a vomitar sangre! ¡Se ha ido de lado, pero aun en el suelo no deja de salirle la sangre por la boca! —señalo Ernesto, perdiendo al instante toda la convicción de ayudarlo—.
—Se está muriendo, ya no lo podemos ayudar —dijo Alicia, mientras los ojos se le llenaban de lágrimas—.
—Entonces regresemos al pueblo para contarles y que manden a alguien que verifique si ha muerto o no.
—Pero, él dijo que no volviéramos al pueblo —dijo Alicia—. ¡Puede ser peligroso!
—No hay otro lugar a dónde ir ¿No lo entiendes? No hay otro lugar más cercano, el pueblo es la única solución —dijo Ernesto—.
—¿Crees que sí este muerto? —pregunto Alicia.
—¡Ya vámonos! Entre más rápido mejor, así le podremos mandar ayuda profesional. —dijo no muy convencido Ernesto—.
Después de una gran y muy cansada caminata por fin observaron a lo lejos el pequeño poblado de dónde habían salido en la madrugada para apreciar la lluvia de estrellas de las cuatro de la mañana. Había salido con frío en los huesos y ahora regresaban con frío en el alma.
—¡Estoy cansada! —exclamo Alicia, mientras el sudor le bajaba por la frente hasta los labios resecos—.
—No te preocupes, ya casi llegamos, allá se ve el pueblo, unos cuantos metros y pediré ayuda en las primeras casas que veamos —dijo Ernesto—.
Pero en las primeras casas en las que tocaron, sólo el viento triste salió al paso de aquellos fatigados viajeros. Continuaron caminando acercándose más al centro del pueblo y entonces Alicia fue la primera que vio una imagen de infierno.
—¡Dios, mira! ¡Hay gente tirada en la calle en medio de charcos de su propia sangre! ¡No puede ser! Empiezan allá y en la plaza se ven muchos más ¡Dios santo! —la pobre Alicia estaba aterrada—.
—¡Oh no, no puede ser! —un aterrorizado Ernesto, se alejaba de Alicia poco a poco, mientras en su rostro se dibujaba una mueca de terror—.
—¿Qué pasa Ernesto? ¿Por qué me miras así? —Alicia respiraba con dificultad mientras sentía que algo se escurría por su frente, ella creía que era sudor, pero al palparse y mirar la palma de su mano grito con horror—. ¡Sangre y pedazos de piel, de mi piel!
—¡Aléjate, aléjate! ¡No te me acerques! —grito Ernesto mientras retrocedía horrorizado—.
—¡No me dejes por favor! ¡Te juro que estoy bien, debe ser por la caminata, te lo juro que es eso! ¡Te lo suplico, no me dejes!
Ernesto dio la vuelta y corrió hasta dar la vuelta a la esquina y se calmó un poco a pesar de escuchar los gritos de Alicia que suplicaba su regreso. Ernesto resoplaba y estaba a punto de emprender su carrera para alejarse cuando se dio cuenta que algo sujetaba su pantalón, era la mano de un anciano que estaba tirado en el suelo, estaba sangrando pero todavía no tanto como para morir.
—¡Suélteme! —le grito Ernesto al anciano, controlando un poco las ganas de patearlo para librarse—.
—¡Escúchame, hijo, soy… era doctor!
—¿Un doctor? No te creo viejo, de todos modos no se ve que seas capaz de ayudarte ni a ti mismo.
—Sólo quiero que sepas que no vale la pena correr, deberías de volver con esa mujer que te está gritando…. Yo si pudiera iría con mi familia, pero ¡cof, cof! No creo llegar hasta mi casa, ya no tengo fuerzas… no saldremos de está pero si ella es tu mujer, regresa y consuélala lo poco que puedas, es mejor morir acompañado que sólo y tirado como un perro en la calle o dónde sea…. ¡cof!
—¡Ernesto por favor! —se escuchaban los gritos de la chica que buscaba desesperadamente a su amigo—.
Ernesto quiso correr y quiso llorar, al final aparto la mano del viejo que ahora tenía la mirada clavada en el piso y ya no decía nada. Lo dejó ahí.
—¡Ernesto por favor, regresa! —lloraba Alicia, sintiendo miedo y terror por su negro destino—. ¿Eres tú?
—¡Si, acá estoy, déjame ayudarte y perdóname por huir como un estúpido! —le dijo Ernesto mientras la sujetaba del brazo y de la cintura, más piel se le había desprendido de la cara y de los brazos y la sangre le brotaba por las orejas y nariz. Él mismo empezó a sentirse mal, algo le escurría por el cuello, no se tocó no valía la pena saber—. ¡Vamos a sentarnos allá, Alicia, en esa banquita en medio de aquellos árboles frondosos.
Alicia apenas puedo asentir. Ya en la banca se abrazaron en silencio mientras que el destino del mundo se hundía en un pozo negro, funesto y desolado. La muerte besaba en otras partes los labios de todos y todos sangraban por ella.

Salvador Méndez Z El Bohemio
México 01/07/15 ®



Y si hablamos de amor

Y si hablamos de amor, el tuyo es lo màs valioso que tengo y resguardo en los confines de esta alma oxidada y retorcida, amarte es lo que impulsa mi andar.

En los cálidos días en los que tus manos acarician mi pelo mientras me susurras placeres únicos, y yo sòlo pienso que no hay necesidad de que tus labios hablen de placer, pues tus labios mismos me dan el mejor placer, tu cuerpo constituye el mejor de los placeres, tu cercanía a este corazón es el mejor placer es la vida que amo.

Me aferró a tu calidez y acaricio tu vientre, hago círculos con mis besos, aprecio la fragancia de tu cabello que se entrelaza entre mis dedos hasta mis huesos y quiero penetrar tus sueños, abordar tus pensamientos y fundirme en ellos para colmar tu necesidad de amar.
Amor es entregar mi voluntad para tu felicidad pues no hay mayor felicidad que ser parte de la alegría de una mujer, entrego mi cuerpo a esa tarea, te dejo mis labios rezando por tu piel, mis manos rinden tributo a tu deseo.

Eres mi mejor fantasía envuelta en rosas y vino, chocolate caliente, delicia perfumada, feliz realidad, noches con sudor y pasión, eres coronación de la vida, la que me alejo del cruel olvido, la que me rescato del fracaso, estrella inmortal, el refugio de luz, rescate de las penumbras, mi templo, mi firmeza, raíz incrustada en lo profundo, arraigada en mi pecho, mi sexo sugerente, el tuyo ardiente dadivoso, generoso con elixir, con amor.

Vamos a sumergirnos en este mar de tiempo, en una noche que se alargue, que la eternidad nos rente cuarto, que los cuerpos hablen, que las caricias sean sinfonía y destino, un circulo infinito, unos labios que susurren un “te amo”, una boca que corresponda con besos húmedos y que conteste yo más.
Presumamos nuestro amor, nuestra pasión a esta noche que es la mejor y más perfecta pues nuestros cuerpos están juntos, desnudos y precisos para mostrarle a la existencia que el universo es uno cuando se une a otro, los sexos se juntan, chocan, explotan, hay una mezcla de estrellas en nuestro lecho y nuestro amor queda escrito en nuestras sabanas.

Dos almas bailan, no hay tiempo que fluya, no hay quién importe más que nosotros consiguiendo nuestro paraíso personal, nuestro placer, no hay más que quererse hasta morir porque la vida está hecha para éste fin, que la muerte no llegué antes que tus besos, que nunca me falte tu deseo y tus labios en mi cuerpo, mientras el mundo siga que nuestros cuerpos se pertenezcan siempre.
Porque amo esto de amarte tanto


Salvador Mèndez Z El Bohemio
México 22/06/15 ®




Me aferró....


En los cálidos días


Y si hablamos


-- Mi fiel secregato Godinez
-- ¡Dígame, su maje...!
-- Me voy a conquistar el mundo o a embriagarme, lo que sea. Ahí te encargo que publiques en el muro de Facebook, Google +, Twitter, el bar, el blog, los grupos.
El chat y el messenger los desactive para que no andes de chismoso con mis cosas.
-- ¿Todo éso?
--¡Cuidame el changarro y no rezongues, te voy a pagar con tus buenos wiskas!
--¡Negrero hijo de puta!
--¿Qué?
--Qué de mi sueldo no hay disputa, mi lord
--My lord! 


Despedida

Despedida

Un presagio aciago, un óbito inminente, mal añejo en vino agrio, cicuta de amor para tus venas queridas.
Un daño a tu ser, filo penetrante, beso perverso de mis ganas sucias, acecho ese hilo carmesí y lamo el adoquinado, no debe desperdiciarse. Te acaricio los menudos mientras me adueño con otra zarpa de una de tus caderas, bajo al glúteo y no omito que lo saboreo con gusto con premeditación y hambre de tus carnes.
Esta noche bailamos una pieza de despedida, no hay nada más que hacer, damos vueltas en la noche que arreboza, tú en mis brazos, todavía cálida, todavía amante. Goza mi amor, sonríe, tienes más surcos para más sonrisas.
Tarde, a deshora, sé que te irás, será la partida, te haré una ceremonia para inhumarte en el abandono de una greda fría. Te amo pero soy fin para tu itinerario. No habrá más besos.

Salvador Méndez Z El Bohemio 11/06/15 México ®




Sentencia

Sentencia

Alejado de tu luz espero que mi vida sea un logro, ya de perdida una excusa.
Y no te miento que te juro que soy más cercano a la opaco, a lo turbio, porque mis obras tienden a la ruina y el desastre.
No soy hombre de fe, quisiera ser incluso más de ciencia, pero me quedo en lo oculto y en lo adverso, en las sombras y las sobras.
Soy viejo fuego lento, ardor de pasión análogo a la frustración, no me conozco de buena manera, no hay esperanza en esta hoguera.
Mi amor ¿Qué será de nosotros, de ti en esta noche, en estos quereres de mal saldo, en este mar metálico de gris ambiente? En estos manicomios de vida que no sirven para recluir este caos, eslabonar este insomnio lejos de mi ser, lejos de ti mujer.
Dios mío que no te creo, Dios mío que no te busco, que no te espero, que no confío.
Mi armadura está forjada por abatimiento, por negligencia de Hefesto, por sandez de Morfeo, por el vicio de las parras.
Observa este cáliz desahuciado, bebe de esta pócima de dolor, besa mis ojos de tinieblas y muere conmigo en el talud.

Salvador Méndez Z El Bohemio 11/06/15 México ®


“Ojos muertos de mamá cuervo”

“Ojos muertos de mamá cuervo”

Clara Delia Luz despertó sobresaltada, creyó haber escuchado un ruido extraño, quizás entre sueños o más bien pesadillas, sí eso fue lo que tenía antes de despertar, una horrenda pesadilla. No estaba del todo segura si el ruido era real o producto de aquella pesadilla, un “error auditivo” u otra cosa. La fragancia de su propio sudor se mezcló con la de la noche cálida llenando sus pulmones y rebajando su esencial sentido del olfato. Debían de ser las tres de la madrugada. Clara no prendió la luz, no tenía caso para ella esa acción. Ella había perdido la vista hace ya tantos años mientras salvaba a su pequeña niña Raven Alexia y todavía hoy podía jurar que sentía el mismo dolor al recordar cómo se le habían quemado las pupilas esa trágica noche que perdió a su madre, su madre que era tan tierna con ella y con su pequeña nieta. Una tristeza terrible le cubrió el corazón pero a los pocos segundos se reconforto con el gran alivio de saber que había logrado salvar a su pequeña Alexia hace ya quince largos años de tinieblas.
¡Otro ruido! Esta vez estaba segura que provenía de la sala. ¿Alguien había entrado? ¿Sería su hija Alexia? No era probable, se había ido con su padre quien nunca sería buena influencia, con él no llevaba la pobre Clara buena relación. Clara estaba asustada, pensó en llamar a la policía pero en vez de esto se levantó y se encamino a la puerta de su recamara, tímidamente grito — ¿Quién está ahí, eres tú Raven?
Sólo el silencio y una falsa sensación de soledad le contestaron a la mujer ciega. Clara mantuvo su mano en el picaporte, su pulso se aceleraba y su respiración estaba agitada. ¿Acaso algún animal se había escabullido por alguna ventana mal cerrada? Era poco probable, los vecinos no tenían gatos, de eso estaba segura a pesar de la falta de su visión, los conocía bien a todos, sus gustos e incluso que mascotas tenían.
En ese instante sintió que alguien estaba del otro lado de la puerta ¡Lo sabía, lo presentía, lo sentía en la piel y esta se le erizaba! ¡Dios, estaba ciega pero por ésa misma razón, podía sentir el aura de la gente y del otro lado de la puerta había alguien!
Clara pensó en cerciorarse de que su puerta tuviera el seguro, lo hizo de forma rápida pero respiro un poco más aliviada al percatarse de que sí se lo había puesto. Quizás tendría así tiempo de llamar a la policía o a los vecinos, ahora tendría que ser rápida era obvio que aquella persona había escuchado su voz cuando torpemente pregunto por su hija. Decidida se encamino al teléfono pero se quedó petrificada cuando escucho que metían la llave a la cerradura de la puerta de su habitación. Un frío le recorrió la espalada. El picaporte giro, la puerta se abrió, Clara giró por reflejo aun sabiendo que no vería nunca la cara de esa persona…..
Clara respiró otra vez con alivió, había reconocido a aquella persona, era su hija Raven. Clara pensó en que todo era una broma de mal gusto, y pensó en reclamarle. Algo frío penetro su estómago una y después otra vez, sintió su sangre manar como una fuente tibia y después dolor… — ¡Raven! ¿Hija? —preguntó con voz débil.
—Silencio madre sólo vengo a dar fin a nuestra relación ¿Tú sabes, no? Cómo aquel dicho ¡Oooh, creo que me equivoque! Aquí no aplica eso de “Cría cuervos y te sacarán los ojos”, tus ojos muertos de mamá cuervo no valen.
Raven río y siguió clavando el cuchillo mientras Clara se desvanecía.

Salvador Méndez Z El Bohemio 11/06/15 México ®




"Ni siquiera, señores del jurado,
padezco, como alega mi abogado,
locura transitoria.
Disparé al corazón que yo quería,
con premeditación, alevosía
y más pena que gloria."

Joaquín Sabina


Salvaguarda



I

Eres la salvaguarda que me aleja de las más terrible de las tentaciones, un pecado para no pecar, un fuego que nunca se apaga, una vida que no existe del todo pero es lo mejor que me queda, aquella vieja canción que arrulla a mi demonio, espada de amor que mata a la serpiente del deseo provocado por lo que no puede ser.

Fustigo al diablo con su mismo látigo, salvo al amor traicionándolo, soy un loco hablando de cordura, un perro viejo que trata de ser lobo, aúllo a la luna y me contesta el alba, fracaso de sueños, realidades que me queman, protesto ante el destino y el mundo se burla.
Soy un amor de perdición para vidas que florecieron en edén, me cansa el no ser el presente en tu camino, estoy condenado y me refugio en los brazos del frío, congelo mi sueño.
Me estoy ahogando en mi propio juego, en mi propio elixir de seducción, alzo la mano y la muerte saluda, cierro los ojos y la vida sonríe, nada es normal, soy un anacronismo, un desquebrajo. Te mando besos corazón y me devuelves tempestades.
Me dejo llevar de tu mano como un niño, me dejo ir, fluyo, me encadeno a ti porque la esclavitud de tu sexo es mejor a matarme entre ilusiones prohibidas, suicidarse entre tus piernas es mejor que ser sicario de la pureza.
No te doy mi corazón porque ya no tengo, te doy mi cuerpo, ése quizás te sirva de algo.
Mis estrellas están fijas en una dirección son clavos estelares fijos en una mirada que nunca se fijará en estas ruinas, en estos pobres huesos, en un corazón de viejo que huele a olvido. No hay redención, no me queda màs que ser opaco, negro y retorcido, pero no así en la pureza, no con la pureza.


II
En la penumbra mi espíritu busca al tuyo, mi alma se sincroniza con los latidos de tu corazón y sé que tú me esperas al final, que tus brazos son mi fuerte, mi esperanza, mi fuerza. Tus besos son la fuente inagotable de este renovado valor en mis pasos, soy lo que tú forjes, material dispuesto, amor ardiente, fulgor preciado de mis mágicas noches.

El amor es el fin, el amor es lo que impulsa, aunque lo que se quiera amar nunca se obtenga, esto se sabe, esto es y supe que no me quedaba más que amar, púes sólo involucrado en el amor se logra sobrevivir.
En la penumbra mi espíritu busca al tuyo, mi alma se sincroniza con los latidos de tu corazón y sé que tú me esperas al final, que tus brazos son mi fuerte, mi esperanza, mi fuerza. Tus besos son la fuente inagotable de este renovado valor en mis pasos, soy lo que tú forjes, material dispuesto, amor ardiente, fulgor preciado de mis mágicas noches.
No eras tú pero fuiste tú la salida de este laberinto.

Salvador Méndez Z El Bohemio
31/05/15 ® México 











"En la penumbra mi espíritu busca al tuyo, mi alma se sincroniza con los latidos de tu corazón y sé que tú me esperas al final, que tus brazos son mi fuerte, mi esperanza, mi fuerza. Tus besos son la fuente inagotable de este renovado valor en mis pasos, soy lo que tú forjes, material dispuesto, amor ardiente, fulgor preciado de mis mágicas noches"

Salvador Méndez Z El Bohemio


"Ángel"


"Ángel"

Miércoles 04 de enero
“Ese amor es pecado me dijeron mis amigas”. Es absurdo les conteste, ¿Cómo el amor puede ser pecado? No supieron contestarme.
¿Maldición lo amo tanto!
Ellas se rieron y me recalcaron que aquello estaba mal. Yo no quise hacer caso ¿Qué sabían ellas del amor? Eran niñas inexpertas. No sabían nada de lo que era ver una sonrisa tan bella y sentir un calor en el pecho, no sabían nada de escuchar palabras bellas y sentir un calor especial en todo el cuerpo, en la entrepierna. ¡Dios, que me mareo cuando estoy con él, algo pasa y el universo deja de fluir! ¡Soy otra soy más que estas niñitas, tengo un corazón y un cuerpo que nace al amor, al cariño!
Nos conocimos por suerte un viernes al salir del colegio, él estaba ahí entre varios padres, chupaba una paleta y me pareció al primer instante increíblemente hermoso, un ángel, porque era un faro de belleza entre las caras toscas, malhumoradas y secas de los padres que esperaban a sus vástagos.
A mí con suerte no me esperaba ningún familiar. Desde hace años que mi mamá trabajaba y no regresaba hasta muy tarde, cansada y enojada con la vida. Se persignaba con alcohol y se iba a dormir después de preguntarme con desgano si había comido. Yo ni me molestaba en contestarle.
Todos mis días y mis noches eran igual hasta que el llegó. ¡Dios es un ángel! ¡Tan sensual, inigualable!
Jueves 05 de Enero
Después de aquella tarde de el primer vistazo, él me siguió, y platicamos, es tan divertido, y yo suspiro, no creo este sueño de andar a su lado, después hubo mas platicas, siento que lo amo.
Viernes 06 de Enero
Estoy tan feliz, me ha dicho que quiere invitarme a pasear, a vivir. He fingido y le he dicho que lo pensaría, pero a los pocos minutos acepté verlo.
Me preparo para esta tarde, va a ser el mejor día de reyes, él va a ser mi mejor regalo. ¡Dios mío que felicidad!
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¡Dios mío! No sé dónde estoy, pero hay una oscuridad terrible… ¡Dios mío siento dolor pero no puedo sentir mi cuerpo! ¿Qué ha pasado? Hace frío…
No recuerdo bien que ha pasado, recuerdo un frío como de acero en mi costado, es raro, todo es raro y está impregnado en sombras.
No sé qué paso ¿Dónde está mi ángel? ¿Es una pesadilla ésto? ¿Una pesadilla para escribir en mi diario?
Pasan, no sé si horas o días, todo es confuso, hace rato que empecé a “sentir” mi cuerpo de nuevo, entre dolores y calambres he podido mover mis manos y un poco mis piernas, algo está mal, me siento sujetada, amarrada con fuerza con alguna cuerda que me ata y me lastima màs. ¿Qué pasa? ¿Y mi ángel?
De forma intempestiva una luz irrumpe en esa soledad y me lástima mis ojos. Empiezo a escuchar voces, conversaciones entre no sé quien, la luz que lástima mis ojos se siente como si me estuvieran martillando con clavos.
Tardo otra eternidad en observar aunque sea siluetas y entonces lo escucho, alguien pregunta por el precio de algo, al parecer está cerrando algún trato con alguien màs y le dan el precio, es caro.
¿Qué puede costar tan caro? No lo sé pero el trato es un éxito. Yo he llorado todo el tiempo aunque no estaba del todo consiente de esta acción, apenas hace unos segundos lo noté.
“Es suya” dice una de las voces, y esa voz me parece conocida. ¡Demasiado conocida! Y una silueta de los dos que hablaban se acerca a donde sea que estoy y descubro una sonrisa familiar.
¡Es mi ángel, aquel hombre bello que me hablo de amor!
¡Es él! ¿Ha venido a salvarme? Pero su voz tan conocida y reconocida se escucha y dice: ¡Toda suya! ¡Se ve exquisita! ¿No? ¡Buen provecho!
Enfoco la mirada, una sonrisa conocida a la vista, y lo veo bien, es él, mi ángel.
Y ahora comprendo todo me ha vendido, soy mercancía, alguien ríe, los dos ríen…. ¡Soy mercancía! Y lo susurro primero y después lo digo con màs fuerza y después termino gritándolo ¡Soy mercancía!
La voz de aquel a quién llamaba mi ángel se escucha después de un “shuuuuuu” que me indica callar. La voz de aquél habla y completa: “Sí, eres mercancía, mercancía comestible”



Salvador Méndez Z E bohemio
04/06/15 ®


Mira....

Mira....

Nos hallamos de frente con las miradas fusionadas por el mutuo deseo, nuestros labios ansiosos, temblando, con apetito de morder. Y mira que te domino, te ató a mí a mis dedos que destilan mi lujuria por tu cuerpo, necesito palpar tu calor, saborear la delicia en tu piel.
Mira que me hundo en tu cuerpo esta noche y las noches que quieras, mira que me muero por poseerte, mira que esa boca me lleva a imaginar las perversiones más prohibidas o quizás las más deseadas. Mira que mis labios también te necesitan, están para recorrer todo tu ser y mi lengua es esclava de tu sexo.
Este fuego, este demonio no me deja ser romántico, dejo la sensibilidad de lado, quiero devorarte, catar tu fruto y consumir todo de ti, porque de ti viene lo bueno y de ti depende mi celo.
¡Ay amor que me calientas, ay amor que quiero que tú quieras, tanto o más que yo!
Y nos tenemos el uno para el otro en esta velada con caricias ardientes, marejadas de pasión calcinantes. ¡Destrózame cuando quieras niña mía, pero nunca dejes de fornicar conmigo en este infierno, quema mi corazón!

Salvador Méndez Z El Bohemio
03/06/15 ®




Me estoy ahogando en mi propio juego, en mi propio elixir de seducción, alzo la mano y la muerte saluda, cierro los ojos y la vida sonríe, nada es normal, soy un anacronismo, un desquebrajo. Te mando besos corazón y me devuelves tempestades. 

Salvador Méndez Z El Bohemio 


¿Para qué?



¿Para que hablamos de amor?

Lo que vale es que nos gustamos, lo que vale es que nos desnudamos gozando y desnudamos la noche en nuestros corazones, mientras se desnuda con nosotros la luna y las nubes celosas quieren cubrirla, cubrirnos y las estrellas no las dejan y los sueños menos, porque no hay quién cubra esta pasión. Desnudos, desnudos en todo momento, aún en el día, aún vestidos, entre la gente, continuamos desnudos con el alma lista para que el otro se deleite, y los espíritus bailan desnudos y gozan, desnudos los sentimientos, las preguntas, las dudas.
Los cuerpos calientes en prefecto acoplado, lo mejor es ser feliz haciendo feliz al otro, en total desnudez, estamos en plenitud, desnudos con deseo fluyendo piel a piel, desnudos para amarnos, para besarnos, para vivir, esto es vivir, las lenguas desnudan los prejuicios cuando ensalivan la carne, las manos, nuestras manos desnudan nuestras penas y te quiero desnuda y me quieres desnudo y la entrega es total desnudos sudando en el lecho desnudos.

Salvador Méndez Z El Bohemio 29/05/15 (R)


sábado, 4 de julio de 2015