domingo, 5 de julio de 2015

“Ojos muertos de mamá cuervo”

“Ojos muertos de mamá cuervo”

Clara Delia Luz despertó sobresaltada, creyó haber escuchado un ruido extraño, quizás entre sueños o más bien pesadillas, sí eso fue lo que tenía antes de despertar, una horrenda pesadilla. No estaba del todo segura si el ruido era real o producto de aquella pesadilla, un “error auditivo” u otra cosa. La fragancia de su propio sudor se mezcló con la de la noche cálida llenando sus pulmones y rebajando su esencial sentido del olfato. Debían de ser las tres de la madrugada. Clara no prendió la luz, no tenía caso para ella esa acción. Ella había perdido la vista hace ya tantos años mientras salvaba a su pequeña niña Raven Alexia y todavía hoy podía jurar que sentía el mismo dolor al recordar cómo se le habían quemado las pupilas esa trágica noche que perdió a su madre, su madre que era tan tierna con ella y con su pequeña nieta. Una tristeza terrible le cubrió el corazón pero a los pocos segundos se reconforto con el gran alivio de saber que había logrado salvar a su pequeña Alexia hace ya quince largos años de tinieblas.
¡Otro ruido! Esta vez estaba segura que provenía de la sala. ¿Alguien había entrado? ¿Sería su hija Alexia? No era probable, se había ido con su padre quien nunca sería buena influencia, con él no llevaba la pobre Clara buena relación. Clara estaba asustada, pensó en llamar a la policía pero en vez de esto se levantó y se encamino a la puerta de su recamara, tímidamente grito — ¿Quién está ahí, eres tú Raven?
Sólo el silencio y una falsa sensación de soledad le contestaron a la mujer ciega. Clara mantuvo su mano en el picaporte, su pulso se aceleraba y su respiración estaba agitada. ¿Acaso algún animal se había escabullido por alguna ventana mal cerrada? Era poco probable, los vecinos no tenían gatos, de eso estaba segura a pesar de la falta de su visión, los conocía bien a todos, sus gustos e incluso que mascotas tenían.
En ese instante sintió que alguien estaba del otro lado de la puerta ¡Lo sabía, lo presentía, lo sentía en la piel y esta se le erizaba! ¡Dios, estaba ciega pero por ésa misma razón, podía sentir el aura de la gente y del otro lado de la puerta había alguien!
Clara pensó en cerciorarse de que su puerta tuviera el seguro, lo hizo de forma rápida pero respiro un poco más aliviada al percatarse de que sí se lo había puesto. Quizás tendría así tiempo de llamar a la policía o a los vecinos, ahora tendría que ser rápida era obvio que aquella persona había escuchado su voz cuando torpemente pregunto por su hija. Decidida se encamino al teléfono pero se quedó petrificada cuando escucho que metían la llave a la cerradura de la puerta de su habitación. Un frío le recorrió la espalada. El picaporte giro, la puerta se abrió, Clara giró por reflejo aun sabiendo que no vería nunca la cara de esa persona…..
Clara respiró otra vez con alivió, había reconocido a aquella persona, era su hija Raven. Clara pensó en que todo era una broma de mal gusto, y pensó en reclamarle. Algo frío penetro su estómago una y después otra vez, sintió su sangre manar como una fuente tibia y después dolor… — ¡Raven! ¿Hija? —preguntó con voz débil.
—Silencio madre sólo vengo a dar fin a nuestra relación ¿Tú sabes, no? Cómo aquel dicho ¡Oooh, creo que me equivoque! Aquí no aplica eso de “Cría cuervos y te sacarán los ojos”, tus ojos muertos de mamá cuervo no valen.
Raven río y siguió clavando el cuchillo mientras Clara se desvanecía.

Salvador Méndez Z El Bohemio 11/06/15 México ®




No hay comentarios.:

Publicar un comentario