sábado, 30 de junio de 2012

Sonrisa de tiburón.

Todos los días, lo concibe de diversas maneras. A veces se imagina fulminándola con un clásico relámpago vengador suministrado por un cielo iracundo (¡Oh justicia divina!), otras tantas se ve así mismo con terrible crueldad, reventándola con un pincho como si fuera un gran globo con forma humana...
-¡Bendito pedazo,retazo para vodoo humano!-, Otras tantas se ve como un empleado del  jefazo (o un heredero de algún socio mayoritario), quién trabajando de incógnito espera la oportunidad de que con tremenda e inegable autoridad pueda despedirla y mandarla a revolotear con su mala persona a los lares lejanos del nunca espero volverte a ver-¡Qué ilusión!.
Al final, después de que el pensamiento divagó y ensayo miles de formas de desprenderse de esa compañía, que nunca ha sido compañía, después de destrozarla, desintegrarla, destazarla, -¡Oh Dios cuánta violencia!-, vislumbrarla derretirse como la malvada bruja del oeste (del este o del aquel), que se patine con un pedazo de caridad de la buena (pero a la vez maligna fortuna, depende a quién le toque) y azote un poco, nada más diez metros, que se desaparezca  de una forma más efectiva que un Houdini, que la confundan con algo extraño y se la lleven a examinar, que se plante a media avenida y juegue a los bolos con los autos, tantas formas de acabar y despreciar a lo que no se admite por más que se haga el intento en vistas de la cortesia, el buen gusto, la clase, la concordia, el compañerismo y ¡Hasta de la chingada paz mundial!.....tantas formas de acabar con lo que a uno le revuelve el estomago, para que al final cada mañana, no quedé otra opción, más que forzar la sonrisa, afilandola como un tiburón y dar un amargo "buenos días", mientras la sonrisa de tiburón forzada sigue así hasta que acaba el día o caíga el siguiente meteoro o algún cabrón en un bunker reforzado apriete un mítico botón rojo (Aunque suene muy "guerra fría".

¡Qué cosas!