sábado, 30 de abril de 2016

¿Maestro? ¿Maestro de qué? ¿De querer quererte, de matar por ti?
Sólo puedo ser un maestro al buscar tus labios, al respirar tu aliento. Sólo soy maestro vagabundo de senderos, los senderos de tu cuerpo, escultor de piel que no crea nada porque la creación ya se logró en tu ser, sólo soy un explorador, un testigo que se place de tus curvas, de tu sexo y de aquella mirada tuya que se entorna al sentir placer.

No soy maestro de nada, sólo de crear perversiones, de asesinar el buen gusto y destrozar lo sublime.

No soy maestro de nada, sólo soy un aprendiz torpe y lento, tú me enseñas el camino, la pasión y el deseo, la verdad que representa el sexo entre tus brazos, tú eres la que me enseña, la maestra.

Salvador Méndez El Bohemio

México 22/04/16 (R) 


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