jueves, 9 de julio de 2009

"Polìtica"


“Las elecciones se desarrollaron en medio de un ambiente tranquilo que derivo en resultados gratificantes sobre todo para los candidatos del partido que se llevo la mayoría de votos, aplastando así, a sus opositores”


— ¡Caray! ¿Ya escuchaste lo que dicen en la radio? “Elecciones gratificantes, aplastante derrota” ¿será realmente “gratificante” ver todavía las toneladas de basura con la jeta de estos cabrones, realmente habrá alguien al que le haya interesado conocerlos? ¡Toda la ciudad está cubierta con basura! ¡Qué digo la ciudad todo el triste país!


Omar se dio la vuelta y observo un semblante que se definía entre lo triste y lo enojado. Y aun asì sòlo atino a responderle con otra pregunta —¿Te preocupa ahora la política Fer? ¡Tú ni votaste!


— ¡La política es una mierda! Lo que me preocupa es la ecología, toda esa basura dejada por esos remedos de narciso, por aquello de que se han de creer muy hermosos los muy..... ¡tanta jodida basura! —dijo un fastidiado Fernando.


—Bueno y mejor ni te cuento lo que costó poner todas sus jetas en tanto anuncio, tanta publicidad por todo el país y de lo gastado en los medios ya ni hablamos —dijo Omar.


Fer se rasco la cabeza y asintió —Si mejor ni me comentes, ni hablar de “su victoria aplastante”, que todavía lo más fregado es que se regodean de eso, deberían ser sinceros y reconocer que hubo una mayoría aplastante de un 57% o más de los registrados que no votó por el desinterés y la hueva que producen ellos, todos ellos, los “ganadores” y los perdedores con sus campañas y promesas estúpidas, pero a estas alturas ya les vale, ya se merendaron el pastel.


—Deberían de dejarse de celebraciones y ponerse a trabajar, pero eso es un sueño guajiro ¿No amigo? —dijo con cierta ironía Omar.


— ¿Trabajar, políticos trabajando? ¿En qué dimensión crees que habitas wey?


— ¡Ah chingao, déjame soñar! —dijo sonriendo Omar.


Aquellos amigos caminan calle abajo cruzándose con dos amas de casa que caminan en sentido contrario mientras iban comantando:

— ¡Ya vio comadre, ganamos!


— ¿Ganamos, quiénes? Doña Cuca, yo apoye al candidato del pueblo, aquel que trabaja para todos nosotros y perdió.

-—Eso le pasa por no hacerme caso, ahora mi partido gano y va con mucha fuerza para las próximas elecciones, ese es mi partido.

— ¿Su partido, pues cuando lo compro?

—No sea burlona, además ya sabe lo que se dice de mi partido, “Ellos roban”…

—Cómo todos, ¿no?

— ¡No me interrumpa! “Ellos roban, pero te dejan robar también”, son más parejos con el pueblo, ¿no, Doña Rosa?

—Pues mi candidato no haría eso.

— ¿Su “candidato” pues cuando lo compró? ¿A poco ya corrió al compadre de la casa?


—No se burle el candidato que trabaja para el pueblo no hace eso, no roba.


— ¡No roba lo que no ve y si no roba no es político!


—Bueno Doña Cuca, a lo mejor es como aquella frase que dice que “En este país todos somos licenciados”.


— ¿Entonces que alega comadre? Mejor vengase, vamos a reclamar la despensa que me prometieron por los veinte acarreados que llevé, les voy a decir que le den una.

— ¡Ya estuvo pues, ya dijo!


— ¡Órale viejas mensas fíjense por donde andan! —les dijo un embotado, sombrerudo con chaqueta de piel, lentes negros, al que por poco tiran aquellas dos comadres.


— ¡Cuide el vocabulario señor Senador! No vayan a andar por ahí algunos reporteros, ya ve como son de amarillistas, lo vayan a ver a usted un distinguido político hablarle mal al pueblo, acuérdese son como paparazzos —le dijo el de atrás que era su compadrote.


—Tiene razón mi amigo diputado, somos personas públicas, casi tan famosos como estrellas de cine, la política y la farándula van de la mano, la gente nos adora, trabajamos para ellos, por lo tanto, cómo a estrellas que parecemos, les gusta a ellos seguir nuestros logros o nuestras derrotas, nuestros pasos, por eso están como buitres esos reporterillos, es el precio a pagar por andar en la política. Ya me veo yo en la sede del partido rodeado por mis seguidores: ¡El senador Jorge Nepucemo Cortés próximo candidato a presidente!


—No pues así es senador, no lo había pensado así, somos los que movemos al país, somos más que esenciales ya que forjamos el futuro de la nación, “reformar para el futuro”, ese será mi lema.

— ¡Claro compadre mi diputado! Mientras no ayudemos a la oposición a forjar ese futuro, porque así ya no nos conviene a nosotros ni al partido ¡Si no somos nosotros no será nadie!


—Eso que ni qué, a ver cómo nos va en las próximas elecciones, no quiero volver a ser oposición.

—No es tan malo, mientras cobremos algo, eso me recuerda mi nueva frase para una futura postulación será “¡Pobreza vete! ¡Quiero un bolsillo sano!”, sobre todo en lo que se refiere a mi bolsillo, digo porque estás frases pendejas ya ni el pueblo nos las cree, —dijo el sombrerudo haciendo gestos con mímica absurda— ¡Mientras llamen la atención con eso basta, mi compadre!


—Tienes razón mi viejo, el chiste es tener el poder, poder y más poder, señor senador y no se nos olvide el mando, el guiar a este país.


— ¿Entonces que mi amigo diputado, nos vamos a tomar una copita?


—Tenemos reunión en la asamblea ¿no? Aunque pensándolo bien para las pendejadas que dicen, que me duermen, mejor la copita.


— ¡A un lado escuincles, no estorben!


— ¡Senador, la imagen!


— ¿Eh? ¡Asì sí, se me olvidaba! A un lado niñitos, jueguen en otro lado.



Un par de niños se quita del camino al pasar aquellas dos “finísimas personas”


— ¡Disculpe señor!


— ¡Viste lombriz! ¡Qué par de tipos tan bien vestidos! ¿Quiénes serán?


—Pos alcancé a escuchar que hablaban de poder mucho poder.


— ¿Eh? ¡Órale! Yo de grande quiero ser como esos distinguidos caballeros y tener mucho poder ¿Tendré que estudiar mucho?


—No, no creo, mi tío no acabo ni la secundaría y hoy tiene una casota, varios carros, gente a su servicio y hasta varias novias ¿Cómo te quedo el ojo?


— ¿En serio?

— ¡Claro!


—Y a todo esto ¿Qué son tu tío y esas personas? ¿Son policías, espías secretos, gente del gobierno?


— ¡Nooo! Mejor que eso, mi tío y de seguro esos señores son; ¡Narcos! Gente valiente a la que les componen corridos y toda la cosa.


— ¡Que padre! ¿Jugamos a los narcos!

— ¡Juguemos!


Lamentablemente no puedo poner “fin”, la historia es por demás eterna y continúa y continúa.


¡Viva la política!


09/07/09 Salvador Méndez Z (R)



1 comentario:

  1. AAGHHH!
    No se me ocurre nada, es la original historia sin fin. Muy buena...

    ResponderBorrar