martes, 5 de mayo de 2015



Y te esperé como tantas veces y supe que ya no regresarías, y todo esto a pesar de que tú estabas aquí, ya nada puede ser igual. Los corazones sólo aman lo que se glorifica, se idolatran los cuerpos, los amantes se ponderan en la cumbre de sus sentimientos anudados por un tiempo canalla que quiere perecer, se finiquita la pasión con besos costumbristas.

Las fronteras del amor se confunden con las del deseo, al final, todos, no somos más que extranjeros en un cuerpo ajeno. Ilegales en caricias, predestinados a separarse a desfallecer en la amargura. Aun así lucho, me aferro, salgo y enfrento tu mirada de leona y tuve que buscar ganas en donde sólo había un vacío inmundo y predecible, tendría que sonreír a un presente turbio que no regresaba sonrisa alguna.

La tristeza lo cubre todo porque todo es tristeza, la felicidad sólo es disfraz y trampa, promesa de pesadilla, anzuelo del padre tiempo. ¡Nos va a cocinar bien, eso es seguro! 

Dejo todo esto de confiar en milagros, esperanzas vanas, ilusiones de charlatán, pobres muertes, cansino volar. Hundirse en el mar oscuro de la indiferencia es preferible a esa falsa compañía de condena y soledad.
Me dejo de tontos heroísmos, de migajas de humildad, no tengo nada bueno en manos para nadie y nadie debe esperar nada, me dejo de espejismos de pureza, soy tan despreciable cómo lo es el fango, no hay maldición, no es mala estrella ni suerte opaca, es la vida misma, está plagada de cenizas procedentes de hogueras en donde se consumen las inocencias de los niños.

Estoy cansado de todo lo que hago aunque lo único que hago es vivir, debí de haber seguido un camino más afín a mi persona, quizás una fuga al infinito o un viaje de recuerdos. Estoy perdido no puedo encontrar el camino, no hay estrellas ni brújula que sirva, sólo tenía tus ojos y sonrisa. Estoy perdido totalmente.

¿Sabes? Esta vez por simple gusto me abandono, me extravió, por egoísmo, por vanidad, por estupidez, por lo que sea ¿Qué importan las razones? ¡Lo que importa es la decisión de liquidar esta cuenta, está pena, aquel recuerdo!
Me envuelve mejor la noche, me besa mejor el vino, me quiere mejor la muerte, me consiente más el olvido.

Se despeja el camino, abre el mar sus bellas cortinas a un misterio en lo profundo a lo sacro, las estrellas asoman y sonríen, resplandecen con magia y sueños, el corazón náufraga, abajo todo es paz


Salvador Méndez Z el bohemio

23/04/15 ® México



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