martes, 11 de agosto de 2009

Ansiedad 7ma-parte

(7)



La esencia, el sabor y el erotismo provocado por aquella fugaz ave de paso, con la que intercambie palabras y sentimientos forjados con saliva, pasión y la lucha de nuestras lenguas que buscaban ganar lo mejor de la noche en medio de aquel arrebato de pasión, todavía vivía en mi piel. Todo eso permanecía en mi paladar, todavía persistía en mi olfato el perfume de un sexo femenino en la cúspide del deseo y me volvía loco.

A pesar de calarme el recuerdo de mi huida provocada por engendrarse en mí, un deseo horrible que tuve que abortar súbitamente, y con mi conciencia que me hacía notar que no iba a lograr controlar aquellas sensaciones malditas que hacían erupción cuando me encontraba cerca de las personas, sobre todo de sexo femenino, me desperdigue en la noche y no importaba a qué lugar fuera, irremediablemente era preso de esta ansiedad. 

Me dominaba en las calles, en las plazas, en los lugares de reunión en donde yo no me reunía con nada más que el deseo. Creía sentir un hormigueo bajo la piel cuando más cerca me encontraba de las bellas flores de mi deseo. No importaba en donde estuviera o el tiempo que tratará de controlar aquella necesidad profana, tarde o temprano emergía de mí cuál onda expansiva generada por la explosión de mi insatisfacción y locura, no había descanso bajo la sombra protectora de algún refugio del corazón para sobrevivir al temporal agrio de la desesperanza.



Recuerdo que después de vagar varias noches seguidas tratando de no sentir tan oscura necesidad, una noche del mes de octubre en que la luna llena libraba batalla contra algunas nubes egoístas y celosas que querían para ellas solas el firmamento nocturno adornado con estrellas tristes. Mis pasos me guiaron al establecimiento en donde aprendí el arte de charlar con un humano a través de la inexpresiva pantalla de una maquina ajena a considerar y estimar el tacto frente a frente y piel a piel. La encargada me reconoció al instante de cruzar el umbral de entrada a su negocio, me sonrío y me señalo la máquina de siempre, tomé asiento y me adentre en el infinito de información que representaba el internet.

—Hace mucho que no venías por aquí —me comento la encargada a mi espalda.

—¡Sí! Estaba ocupado y algo inquieto sumergido en otras necesidades.

—¿Ya superaste la inquietud de conocer a alguien a través del internet?

—En realidad no, pero en este momento me interesa más encontrar información de temas.... algo extraños.

—¿Temas extraños? ¿Qué tan extraños y acerca de qué?

—Hay alguna...explicación por así decirlo, de por qué alguna persona se sentiría con la necesidad avasalladora de...bueno cuando está cerca una persona sobre todo del sexo opuesto, tener la necesidad y un deseo profano y terrible, una pasión oscura de querer digamos.... poseer a esa persona y no sólo a esa sino a todas las que llegará a observar de cerca, como si el diablo le tentará constantemente o incluso todo esto fuera una necesidad de su ser.

—¿Una necesidad profana, como producida por la tentación del diablo, un deseo terrible hacia el sexo opuesto?¡Mmmhhh, me suena como los demonios del deseo.

—¿Demonios del deseo?

—Algo así, lo leí en Internet, en un portal de esoterismo y fantasmas, de esos de los que les gustan a los que no tienen nada que hacer luego, como tu servidora.

—¿Pero cuáles demonios del deseo son esos?

—Creo que se llaman Íncubos o Súcubo, unos se fajan a las mujeres y otros a los hombres, pero no me preguntes cuál se faja a cuál porque no recuerdo.

—¿Y después de ese “faje” qué sigue?

—¿Qué sigue? Pues... ¡se han de casar y tener ìncubitos o sùcubitos! ¡Ja,ja,ja, perdón, bromeo! Mira que yo sepa nada, su función es fajarse a sus víctimas y ya, sòlo son, yo creo, como la representación de los pecados carnales, me imagino que los inventaron para asustar a las mujeres y hombres en el pasado para que tuvieran cuidado con sus modales y forma de ser, para que no anduvieran de lujuriosos y mal pensados y así no provocar el ataque de uno de estos demonios ¡Ya ve lo que inventan los mismos seres humanos para joderle la felicidad a los demás! Bueno te dejo para que sigas investigando, además ahí viene otro cliente.

—¡Gracias!— «Los demonios de la carne» pensé, pero “solo se dedican a..fajarse a sus víctimas y ya”, quizás tanta caminata por la ciudad me hacían buscar soluciones o explicaciones fantásticas para mis experiencias agobiantes, quizás existía alguna enfermedad totalmente analizada por la ciencia y yo solo estaba divagando y naufragando entre falsedades, además yo estaba seguro de que no eran solo las ganas de tener sexo lo que me inquietaba de aquella forma cuando me encontraba frente al sexo femenino, no, no lo eran, yo esperaba algo más, algo más que no me atrevía a considerar.

Me dediqué a buscar la mencionada “enfermedad” por medio del internet, pero mis búsquedas en la mayoría de los casos me llevaron a páginas cargadas de pornografía por lo que desistí y mejor me dedique a revisar mi correo electrónico, encontrando sólo mensajes basura que suprimí de inmediato. Estaba a punto de cerrar mi correo cuando un nuevo mensaje hizo acto de presencia en la bandeja de “recibidos”, el cuál al lado de la dirección de: mailto:tuya.jehyzel@.com, se leía como etiqueta del mensaje la leyenda “Dispuesta a conocerte”.

Extrañado abrí ese correo y las palabras desfilaron poco a poco como si las degustará con la mirada, el texto entregaba el siguiente mensaje:

“¡Hola, me llamó la atención tu perfil en la página de contactos! ¿Por qué? Porque eres de los pocos que no tienen tantas visitas a su perfil, me imagino que es porque estás en la sección de los que no han subido imágenes o video para que los conozcan, tu perfil es interesante y bueno el hecho de no conocer cómo eres me parece más atractivo, le da un saborcito a misterio, dice en tu perfil que buscas amigos o amigas para platicar e intercambiar experiencias de vida, bueno pues yo estoy dispuesta, así que si te interesa ¡escríbeme!

Tuya (amistosamente) Jehyzel

PD.

No soy para nada fea (aunque esté mal que yo te lo diga)”


Profundamente consternado ante la recepción de aquel mensaje, tan esperado pero nunca recibido en noches anteriores de meses ya muertos y a pesar de mi maldición, después de reflexionar mucho tal cuita, decidí contestar aquel correo con un:

“Me encantaría, cuándo tú quieras y dispongas, ahí estaré, aunque el tiempo me devore poco a poco, con sus días y noches unidos cuál eslabones de una cadena de eternidad”.

A tus órdenes (amistosamente) Lucas Donar

PD.

No importa tu aspecto, busco un alma afín y una relación más allá de lo material.

Mis dedos oprimieron y el mensaje fue enviado...... junto a mi último bastión de esperanza.”


Me encontré de inmediato inmerso en una gran felicidad ¡No puedo esperar más!



Continuará…

Salvador Mèndez Z El bohemio

Mèxico ® 11/08/2009





2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderBorrar
  2. ¡Buen debraye, Yahedalumart!


    La tecnología es muy necesaria, para mucha gente es de lo más imprescindible, he visto gente sentirse muy mal sino checa su correo diario y más de una vez al día, ¿para conocer personas?, Pues ¡sí!, pero a veces no se sabe como bien dices, si las personas son realmente como dicen ser o como se describen, ¿pero quién soy yo para juzgar la buen o mal función del internet en la sociedad o en las relaciones humanas?, no tendrá mas de 4 meses que yo usaba el internet, nada más que para guardar imágenes, dibujos, fotos de cosas que me llamaban la atención y ya, realmente no tenía gran repercusión en mi vida diaria y más bien me quitaba el tiempo.


    ¡Pero en fin!, para mi personaje de “El Ansía”, pues es una herramienta casi mágica a la que aferrarse como buen naufrago.

    ResponderBorrar