sábado, 19 de septiembre de 2015

 
Y ahora te voy a hablar de amor, porque cuando uno está desahuciado de esperanza, no queda más que hablar de amor, buenos recuerdos, deliciosos besos, de todo aquello que te gusta tanto, del romanticismo que aman los tontos o los tiernos, de los amores que llevan toda una tarde besándose y acaban sudando en el lecho, de las pasiones que matan pero como agradan, de que la madrugada se degusta mejor en tus labios, de que te amo cuando me sujetas para que no me quiebre, pero que en el fondo sabes que no tengo remedio, de que estoy muerto desde hace años y de que sólo vivo a través de ti, de que soy tuyo porque no hay más que pueda tener o desear, que sabes que no apetezco otra cosa más que tus labios carnosos que se prenden de mi boca, ese cuerpo caliente tuyo es el combustible que hace arder todavía a este corazón negro y marchito.
No quiero desaparecer sin decirte que si ha existido un paraíso o un cielo o algo de belleza en este mundo, es porque tengo la fortuna y gracia de haberte conocido…

Salvador Méndez Zarza
Sábado 05 2015--



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