sábado, 19 de septiembre de 2015



La realidad me mata poco a poco como un pequeño trozo bastardo de porquería enterrado en lo profundo de mis pensamientos, no puedo escapar de esta sensación, debería de torcer estas letras y empezar desde cero, crear algo nuevo… ¡No puedo! ¡Esta realidad es traicionera! Nos muerde cuando le ofrecemos la mano, me doy cuenta que no hay solución satisfactoria, que no puedo torcerla, esa esperanza, eso es una farsa, una asquerosa mentira, la realidad es la que nos tuerce el cuello e incluso nos marchita el corazón con el más vil veneno, estamos tan muertos, no hay escape porque nunca lo hubo.

Estamos encadenados en un ciclo, una puerca rueda de tortura, una puta vida ataviada con frases de belleza y libertad, pero debajo de esas prendas sólo hay una crueldad natural, la vida nos bebe, se atraganta con nosotros, es una limosnera de almas, de sueños.

La realidad se pasea entre tumbas, es feliz entre sepulcros, en los mausoleos edificados por sufrimiento y sangre de inocentes, todo es abajo y por debajo, no hay gloria ni nada más que sea sublime… ¿De qué va la vida? Va de mierda, se ve como las rosas y las flores más atractivas pero está hecha de heces y despojos.

La realidad nos lleva de la mano como tontos, nos lleva hacía su guadaña, y te lo juro, no merecemos mejor sino, no merecemos nada más, no nos debe nada el cielo, ni la tierra, ni Dios ni el diablo, no hay nada en realidad y regresamos a la nada.

Mis pensamientos se arremolinan en el frío y oscuro pozo del tiempo, me llaman a no ser más de una realidad desequilibrada y enferma. Me envuelvo entre sueños para no verte más y me refugio entre la niebla para no tener sustancia, sin pasado, presente y que se vaya al diablo el futuro.

Mis labios me traicionan cuando le digo que la amo, cuando prometo fidelidad a esta vida, mis manos están agrietadas sin fuerzas, ajadas, no puedo sostenerme de una ilusión.

Hay una inmensidad lóbrega que desploma su furia contra mí, no soporto esa rutina gris, no hay nada más que lo mismo repetido al infinito en todas las vidas, en todos los amores, en todas las tristezas, en todas las muertes… La realidad nos engaña para seguir aquí, alimentándola, comiendo de su plato, bebiendo de su hiel, nos tiene, nos somete y nos viola cuando se le da la gana…

Es tarde y estoy sonriendo, bebo y le grito con amargura e infinita furia… ¡Salud! a la perra realidad....




Salvador Méndez algo a tantos de tantos del 2015 sábado



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