sábado, 28 de noviembre de 2015

"PRESOS" Parte II



“¿Y era demasiado pedir una noche en el limbo disfrutando de tu cuerpo?”

“Hyggelig”

"PRESOS"

Parte II

“Oportunidad”

Pasar la madrugada contando estrellas en la ciudad no era lo mejor para un alma deprimida, las cuentas no cuadraban y el amor era un “bello recuerdo” en ese instante, la vida se había detenido esa noche, ya no sonaba el ritmo del tiempo en las olas infinitas del existir, y no existía màs para ellos o al menos eso aparentaba.

—¡Vamos Dina, tienes que recobrarte un poco! No es el final, es màs bien un comienzo —dijo Mateo mientras tomaba una copa de brandy, pensando en lo que sería màs adecuado decir después—.

—¡No seas idiota Mateo! A ella le tomara tiempo salir de ésto, tantos años viviendo al lado de un tipo a quien consideraba “el amor de su vida”, no se pueden dejar de lado tan pronto. —dijo Mabel mientras observaba a Dina que naufragaba entre negros pensamientos.

—“Un clavo saca otro clavo” ¿no? Aquí estoy como buen… “amigo” por si Dina lo necesita. Ya en serio me preocupa verte asì.

—¡Basta! ¡Déjenme sola! No necesito que me tengan lastima, yo estaré bien. —dijo Dina simulando sonreír.

—¿Entonces, te dejamos sola, èso quieres? Asì sòlo vas a pensar y pensar y no llegaras a ninguna maldita cosa buena y sòlo te desvelarás sin razón, si quieres llora acá en mi hombro amiga, desahógate, confía en mí, —decía Mateo ante la mirada inquisidora de Mabel, a quien no le acababa de convencer tanta buena “disposición” del tal Mateo.

—Mira que aquí tienes tu casa, quédate a dormir, mañana podrás pensar mejor las cosas. —dijo Mateo sonriéndole a la luna, a las estrellas y a la vida un poco.

—¡Maldición! ¡Tengo que hacer una llamada! Tengo que ver si tengo posibilidad de que te quedes conmigo —dijo Mabel mientras le dispara con los ojos una ráfaga con municiones cargadas con desprecio al tal Mateo, y Mateo sòlo se encogía de hombros y sonreía divertido.

Mabel salió de la habitación, aquella agradable “sala de estar” en el departamento de Mateo, Mateo quien era un amigo de Dina desde los tiempos escolares, Mateo quien era un “buen chico”, quien a la vez se había convertido en un “buen hombre”, quien a la vez era el lejano recuerdo de una tarde entre helados y risas, Mateo quien hace tanto tiempo se le había declarado, quien le había dicho alguna vez que no quería màs en la vida que hundirse entre sus piernas una y mil noches, tener hogar y salvación en su corazón, estar encerrado en ella como un mágico genio de la pasión, Mateo, esperando, siempre Mateo, Mateo el de los ojos de pasión… « ¡Maldito cabròn sensual!» —pensó Dina, mientras recordaba a la vez a Jonathan y sus mil y un mentiras, todas sus falsedades, todas sus pendejadas, todas sus noches fuera, lejos de ella y de su cuerpo—. «Sí, quizás, quizás sòlo una vez, quizás»

Mabel regreso de la otra habitación con la respuesta para su amiga Dina.

—Te puedes quedar en mi casa, ya le explique a Calixto, no hay problema, ¿qué dices amiga?

Dina lo pensó un instante, un mínimo instante y contesto con la seguridad y confianza que sòlo el brandy puede otorgar con un “¡No! No te preocupes, me quedo aquí, Mateo ya me ofreció un cuarto, me quedo…”

つづく

Continuará….

Salvador Méndez Z El Bohemio

México 16 de octubre del 2015 ®




¡Vamos!

Me envuelvo el alma con deseo impuro y me dejo quemar la piel con tus besos y caricias ardientes que recorren todos mis sueños y fantasías.

Tu lengua no ofrece piedad en mi boca y claudico a tus impulsos, a tus deseos, y te quiero querer tanto que mis brazos y mi cuerpo se dejan llevar entre las rosas de tus brazos y mi alma es tuya esta noche y mi corazón enmudece y la vida es grande y el sexo es pleno.

Llévame y mátame y destroza esta tristeza, y llena mi noche de amor y mis labios de savia, de pasión, llena mi vida, arranca la tristeza mis recuerdos, ven a mí y piérdete en mí esta noche, sòlo esta noche.

Arranquemos a las horas los gritos de placer, los orgasmos de la vida, los sueños calientes de los abandonados, los cúmulos de besos que no tendrán los desamparados, vamos a robarle a la noche las ganas de pecar, vamos a matarnos un poco màs esta maldita noche, esta perra noche, esta inmunda noche, vamos a besarnos hasta el alma, desfogar los sexos, lamer los cuellos, lamer el cuerpo y la chingada vida… ¡Maldita sea la espera! ¡Vamos!

Salvador Méndez Z El bohemio

México 16 de octubre del 2015 (R)

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