sábado, 28 de noviembre de 2015

"PRESOS" Parte I



TOSKA

"PRESOS"

Parte I

“Dejando”
“No me creía, nunca me creía y por eso siempre le tenía que mentir”

—Eso se escucha muy tonto ¿No crees? Para un tipo de tu edad andar diciendo esas pendejadas… ¡Uf!

—Entonces… ¿A eso se resume todo? ¿Soy un simple idiota?
— ¿Idiota? ¡No que va, idiota sí, simple nunca! Sólo que esa frase… ya no te va —dijo Lucas mientras aspiraba el humo y se le iluminaba el rostro con el tono rojizo del último cigarrillo sobreviviente de aquella madrugada “salvaje”, como le encantaba a él llamarle a sus juergas—. Mira lo que ha pasado le pasa a miles de personas en el mundo, conocen a alguien, se enamoran, se besan, tienen sexo delicioso o quizás no y después de un tiempo algo como la vida misma pasa y se separan… ¿Por qué crees que no me he casado? Toco madera, no, no, no.

—Tu forma de ver las cosas en cuanto al amor es muy simple, ella y yo, nuestro amor era algo bueno, pero yo… bueno fallaba demasiado.

—Para eso también hay solución, unas pastillas muy buenas. —dijo Lucas mientras sonreía divertido y feliz con su observación.

—No seas imbécil, no me refiero a eso, cuando el amor se jode es por un todo, no nada màs se va todo al carajo por nada, se va a la mierda por un gran todo.

— ¡Mira Jonathan! El amor se va al diablo porque el amor es una ilusión, sòlo los locos y los poetas se fían de la cosa llamada amor, nosotros los simples humanos debemos de gozar, y esta noche, esta noche tú tenías a esa morena lista para gozarla, la tenías a punto y la has decepcionado con romanticismo y nostalgia cursi. Me va a costar convencerla de que no eres gay o algo asì.

(Aquello había resultado un pésimo error, la morena quien atendía al nombre de Marian le había estado acariciando la entrepierna y le había metido la lengua varias veces en la oreja tratando inútilmente de “ponerlo a tono”, le decía de todo para calentarle el ánimo y nada parecía funcionar, él no respondía a nada y ella acabo por abandonar la faena y se levanto del sillón, ofendida, mientras le lanzaba una mirada de reproche a Lucas, quién a su vez encogiéndose de hombros acabo dar por terminada la pequeña fiesta y solicitar un taxi para las chicas.)

—No estaba de humor ¡Maldición! ¿No entiendes que apenas antier ella se recostaba a mi lado? Apenas ayer ella y yo compartíamos cama, apenas…

—Y apenas antier yo me “tire” a la morena deliciosa que hoy no te quisiste merendar y no por eso yo iba a sentir celos si hoy tú hubieras probado esos labios carnosos y sexys mientras le explorabas la entrepierna. Eres mi amigo del alma pero no te puedo ayudar si tú no te quieres ayudar ¡Olvídala, deja atrás esa vida!

Jonathan ya no le contestó, se limitó a observar a través de la ventana la gran ciudad que continuaba con su disfraz de “calma” envuelta en un sopor de ensueño y él se preguntaba por dónde diablos estaría ella, en donde se habría refugiado, quizás con un familiar o una amiga, al final eso no importaba, era lo de menos, lo importante era tener la esperanza de que lo extrañaba a él tanto como él a ella, imaginar todavía que en el fondo, tras sumergirse en el remolino en el que se había convertido sus vidas, allá en lo profundo todavía existía una leve esperanza de un reencuentro, saldar deudas, procurarse de nuevo amor, de perdonarse…blah, blah, blah… etcétera….

— ¡Eaa! Deja de estar como un maldito zombie acaramelado, me han dado ganas de vomitar y no creo que sea por tanto licor, vamos te prepararé el sillón o una colchoneta para que duermas un poco. —dijo Lucas tirando la colilla por la ventana.

—No, no te molestes, me voy a casa, por hoy ya estuvo bien de todo.

— ¡Caray! De haber sabido que ibas a salir con esa trastada le hubiera dicho a Milena que se quedará, ella se iba a quedar ¿sabes? Pero te vimos tan mal que se nos hizo mala onda estar cogiendo al lado mientras tú estabas aquí en la sala con tu cara de perro triste ¡Ay!... de haber sabido…

Jonathan se despidió de su buen amigo, prometiendo que la próxima vez que pasará algo asì, él y su cara de perro triste se marcharían del lugar antes de joderle la noche.

— ¡Bah! ¡Olvídate de eso! Me hubieras dejado pedir un taxi…

— ¡Despreocúpate! Se ve oscuro pero ya no tarda en abrir el metro, tomaré el primer tren y adormir en "casita"… (Sin ella).

— ¡Está bien! No soy tu mamá de todos modos, nos vemos…. —dijo Lucas con cara de “tú sabrás”.

— ¡Adiós!

Jonathan salió, el frío arremetió contra su cara y manos, él se apretó la chamarra y empezó a caminar, el metro estaba cerca y ya se veían algunos trabajadores madrugadores, quizás padres de familia, cosechadores de ilusiones, padres de niños y niñas risueñas, con motivos para despertarse y luchar, por el amor de unos brazos, pero ¿y él, qué tenía él? La respuesta era simple, sólo la tenía a ella, la que ya no estaba, la que ya no le iba a recibir con reproches por llegar tan tarde y apestando a licor, la que a pesar de todo lo recibía y entre dormida ya en la cama se apretaba a su cuerpo, ella sólo ella y él tan tonto y ella ya fugaz.
Caminaba mientras observaba los tenues rayos de la naciente alborada, de un débil amanecer que con timidez disipaba las sombras de su amargura mientras se juraba que habría un reencuentro, una esperanza, un regreso a sus brazos y sus besos, todo eso y más sin excusas y tonterías, él la amaba y la necesitaba... ella era su vida.

つづく

Continuarà….

Salvador Méndez Z El Bohemio






Desamor parte II

Y tratamos de escapar de escabullirnos por los estrechos del olvido, tratamos de arrinconarnos entre las sombras, solicitando refugio a la luna y a las noches frías, dejamos los besos allá en los labios de los que ansiamos que quizás no seamos nosotros.
Te alejaste en medio de unas luces rojas que anunciaban un “no me sigas” y descubrí que las noches sin ti son estrellas muertas reclamando calor.

Nos perdimos de todo, nuestros cuerpos se han perdido de nuestras caricias, nuestros labios de nuestras lenguas, nuestros sexos de nuestras bocas y nuestras ilusiones se marchitaron en nuestro sueño y nos soltamos las manos y nos perdimos de vista.
¿Nos veremos al amparo de una luz amiga alguna noche? ¿No cubriremos nuestros labios con amor en el lecho que coronan las pasiones? Las respuestas son presa del destino, de la vida y de la muerte, de los pasos que nos lleven al futuro incierto, nos dejamos y dejamos a la suerte decidir.

Hay otros sueños que nos aguarden, otras ilusiones en otros ojos, en alguna mirada con deseo, y no habrá ya màs reconocimiento en torno a nosotros y veremos como la vida danza a su manera con cada uno. Te dejas llevar, me dejo llevar, nos lleva la vida, nos lleva el amor, nos lleva la muerte, nos llevan las alas de un desapego.

Se morirá la parte que era el “nosotros”, se incendiara el recuerdo de los besos compartidos, nos soltaremos, nos saltaremos, nos iremos al olvido….

Nos soltamos, nos olvidamos, se nos olvida el “seremos”
No hay un “nosotros”, el desamor nos cubre y cierra los ojos, nos sella los labios, nos separa, te dejo ir con pesadumbre… porque no te dejado de amar.

Salvador Méndez Z El Bohemio
México Miércoles 16 de septiembre del 2015 ®

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