domingo, 6 de septiembre de 2009

Espacios



ESPACIOS

Ayer respire de ti, en el mismo espacio de tiempo que compartimos y besé el espacio anhelado de tus labios sin maquillaje pero sabrosos, muy sabrosos, experimenté el espacio de tu piel que acaricie, mientras masajeaba tu espalda, mientras acometía contra el nacimiento de la misma, frotándola de manera suave, mientras descansabas, mientras en ese espacio de calma, tú cerrabas tus ojos y abrías la mirada al gocé que producía el dejarse llevar a mi espacio, mi espacio que te aguarda en mi cuerpo, en mi pensamientos ¡Siempre!

A pesar de los turbios momentos en los espacios fracturados de mi mente y de mi alma, aquella que está tan cansada de venderle espacio al diablo y de no enfrentar el abismo de terrible oscuridad que me atrae a un abrazo de muerte cuando tú no rondas cerca de mi espacio.

Cuando tu espacio me es tan ajeno como el mismo cielo, del universo, del al fin al cabo regresando a lo mismo, frío espacio, con sus luces de estrellas, estrellas ya muertas, un pasado lejano en nuestro presente de ensueño.

Mi espacio en el centro de los que muchos llaman corazón, el espacio del cuál engendrarían mis sentimientos, ese espacio tan hueco lo lleno con tu cuerpo, con lo que tu llamas amor, ese con el cuál te fortaleces contra la mayoría de los males de este mundo, contra casi todos, menos contra aquellos miedos que roban espacio en tu imaginación, los viejos miedos que te producen los leones o las panteras, los grandes gatos más si son de color blanco y pálido cómo la luz de la luna que ilumina los patios de viejas casas del viejo barrio. Aunque esos miedos en tu vida te han hecho algún daño, aunque en la realidad nunca los hayas ido a ver en cautiverio, nunca en esos reducidos espacios de los zoológicos, nunca en los de los circos, nunca han intimado contigo, más que en tus pesadillas ¿pero qué me dices de mí? ¿Acaso tu amor te ha protegido del espacio que entre los dos producen mis terquedades, mis rarezas, mi obstinación por encontrar mi propio espacio en este mundo? Cuando tú misma me has aconsejado que el único espacio importante, “el que vale”, es el que compartimos todos los días, todas las noches.

Noches en las que sueño con espacios vacíos, con una nada absoluta, no hay sueños, solo un espacio a veces de infinita blancura o de una oscuridad como debe de ser el de la muerte. La muerte, ahí donde el espacio es igual para todos ya sea en ataúd, urna, río o cualquier espacio a donde nuestros huesos vayan a parar ¿Qué importancia tiene si es chico o grande, rodeado de ofrendas o en el franco olvido, lujoso o pobre? ¡Ya muertos el espacio es lo de menos!

¡No, no te preocupes! el espacio que ocupo a tu lado, no lo podría abandonar, no por mi propia mano ¿Cómo dejarte sola en este espacio en esté mundo cada vez más desalmado?

¡No, tampoco puedo protegerte, contra todo y contra todos! Eso es una mentirita blanca de las que se dicen los enamorados, lo único que puedo hacer, es tratar de acompañarte en esos espacios llenos de dolor y sufrimiento que a todos en determinado momento les aguardan como bandidos tras la esquina, pero no puedo protegerte realmente, no puedo cubrir tu espacio ni siquiera para defenderte de un microbio, de una bacteria, de un virus. Como cuando la enfermedad encaró a este ya demacrado país, mientras todo poco a poco se desmoronaba en el mundo. Sabes que me informe, que me preparé con recomendaciones, trate de mantener un espacio seguro, pero realmente no hay seguridad que valga contra los infortunios que asolan y asolan un futuro lleno de presagios envueltos de tinieblas, para un mundo cansado y triste por sufrir un cáncer que se multiplica sin parar y sin cura del cual todos formamos parte irremediablemente.

Me gustaría envolverte a ti y a los que amamos, envolverlos dentro del espacio que es mi cuerpo, formar un ámbar protector en torno al espacio de ustedes, en torno a ti y no dejarlos ir jamás. Pero no puedo ¡nadie puede! A menos que sea con fe, de la cual siempre he carecido.

No quiero dejar mi espacio vacío antes que tú, pero no soportaría el ver tú espacio vació antes de tiempo.

Estoy vacío, con un espacio, un hueco en el alma, la cual no tengo, con un corazón que debería de engendrar bellos sentimientos, con un amor que no ama más que al olvido, trato de ser lo mejor para ti y por eso lleno ese espacio dentro de mí, ese espacio vacío con todo tu ser para inútilmente protegerte, mí espacio que es tuyo, mí espacio que te aguarda en mi cuerpo ¡Siempre te lo juro siempre!



06/09/09 ® Salvador Méndez Z









2 comentarios:

  1. Bastante llegador....me conmovió. Bueno, en realidad se me turbaron algunos sentidos queriendo descubrir al autor de esas sensaciones...alucino...quiero un espacio.
    Podría decirle al oido este "poema" a alguien, me permites expresar parte de lo que siento con él? No lo haría sin tu consentimiento...

    Me gustó mucho!!!!
    Bien, bien, bien....

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  2. ¡Serìa un honor!. No necesitas mi pèrmiso, espero que ese algùièn no experimente nauseas.

    Aunque supongo que si se lo dices al oìdo..... muy cerquita,muy rico, cumplira su cometido (aunque solo le respires cerca sin decirle nada)

    ¡buena suerte!

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