martes, 5 de enero de 2010

Jehyzel (3)

(3)
Aquel joven llamado por su compañera solo como "Ren", río un poco y contestó;
-¿Ladrones?, ¡ja!,¡somos artistas, de los mejores!
La chica violinista apuro y reclamo al chico;
-¡Oh!, deja de tratar de impresionar a la tipa. Ren, y ¡ya vámonos!
Jehyzel comprendió en ese instante que no planeaban maldades en su contra y se disculpo por la comparación tan denigrante;
-No era mi intención ofenderlos de esa manera. ¡Gracias por ayudarme!, a los dos, lo que pasa es que todo fue tan rápido, me tomo por sorpresa, eso de huir y los de seguridad gritando.
-¡Ah!, realmente no es tan sorprendente ni fuera de lo común en nuestras vidas, ¿No es así Denya?
-¿Realmente crees que le importa a esta nenita?- contesto la ya visiblemente fastidiada Denya- tenemos cosas por hacer, y tú sólo piensas en buscar a quién coger.

El muchacho, con el comentario de la chica, empezó a convertirse en un jitomate humano, al menos de la cara, roja su faz, apenado frente a los verdes ojos relucientes de la pelirroja que lo miraban fijamente, no le quedo más que tragarse el regaño y aceptar el irse ya;
-¡Esta bien!, tú ganas, pero no seas tan agria Denya, tan joven y con ese humorcito a cuestas, no vas a llegar a vieja. ¿O acaso son celos los que emergen por tu boca?
El comentario acabo por matar la paciencia de la violinista;
-¿Agria y celos?, ¡Estás pendejo!, agria tu abuela y solo una tarada podría sentir celos por ti y por esta chamaca, me largo a buscar a los demás y a trabajar, algo que tú nunca harás bien. La chica se alejo a grandes zancadas, como queriendo atravesar la ciudad en dos pasos y el mundo en uno solo.
Jehyzel solo atino decir una disculpa entre dientes, aquel era un día tan rara, púes un "artista" le salvo de la mordida de un leviatán anaranjado. -No era mi intención hacer que tú novia se enojara, ahora me despido para que puedas alcanzar a tu novia.
-¡Oye! No te preocupes, ella no es mi novia, ella es una buena amiga, con el único defecto de que se encabrona de inmediato, como chispa. Pero olvida eso, ¡Ven! Te invito un refresco y un postrecito, para que se te pase el susto. ¿Qué dices?, ¿Bueno y a todo esto cuál es tu nombre?
-Me llamo Jehyzel e insisto en que deberías de alcanzar a tu amiga, no es bueno mantener a una amistad enojada.
-Denya siempre parece encabronada, ella es buena onda, pero desde que la conozco se amarga la vida y se encabrona por todo y por nada. Cambiemos de tema, Jehyzel es un nombre poco común, al menos no recuerdo haberlo escuchado antes de ver tus bellos ojos, te hace justicia es un buen nombre – comento un zalamero Ren-

-Si a ti te parece así, no te pondré objeción, este es un país en su mayoría libre. ¿Y que hay de tu nombre, que significa Ren?- una curiosa y muy extraña sonrisa en la cara de una chica que había olvidado sonreír acompaño la cuestión  -No se me hace un nombre conocido.
Fusilado más por la sonrisa que por la cuestión, Ren solo atino a contestar nervioso y apresurado; -¡Renato!, ese es mi nombre de humano común, pero lo deje hace mucho en Ren, mi nombre artístico, el de mi alma callejera e hija de las estrellas. Pero dime, ¿Aceptas mi invitación? Te juro que no intentaré nada malo en tu contra y sin tu permiso.
-¿Qué?
-¡Nada nada! Me encantaría tu compañía.
Jehyzel realmente tenía las mismas ganas de llegar a la escuela, que las ganas tendría un condenado andar por el corredor de la muerte hacia su inevitable ejecución, así que no le fue difícil aceptar tan oportuna invitación para eludir lo que siempre buscaba eludir, ¡El futuro y la rutina!.
Un día más para saber, un día menos para besar, una noche bailamos, alguna otra dormimos, pero al final todos morimos, ya sea de viejos, ya sea por necios, por accidente o por incidente, por amargura o por amor, por ser alfa por ser omega, todo empieza, todo acaba, ¡bendito sea Dios por que no se es eterno!, pues sería un eterno sufrimiento y un eterno andar si llegar a descansar…

-¿Conoces algún lugar por aquí?- le atizó de nuevo Jehyzel, más con el verde de los ojos que con la cuestión en cuestión -Cualquier lugar es bueno para un refresco, pero sentarse me iría mejor, chico artista.
-¡Varios!, así que si me permite mademoiselle Jehyzel, le invito a caminar púes mi carruaje fue retirado por unos nobles caballeros de azul y mucho diente, con placa y todo, aunque siendo sincero realmente soy tan excéntrico, que no tengo ningún carruaje porque me gusta más la melodía de mis zapatos contra el pavimento.
Jehyzel se río tantas veces y seguidas en un día era un acto más de milagro que de costumbre y el milagro era por obra de un San Ren. -No importa, vamos, también me gusta deambular por está ciudad.

Dos flamas azules atrapadas en un cara hermosa, a la distancia, observaban retirarse a los dos que apenas se habían conocido, Denya sintió un calor emergiendo desde lo más frío de su corazón, corazón frío que solo se calentaba al estar cerca de Ren, y ahora por primera vez un fuego nuevo y distinto al que le provocaba estar cerca de aquél de la chistera, le quemaba desde lo profundo, Denya conocía ahora el fuego ardiente y triste de rencor, un rencor hacia una mujer a la que ni siquiera conocía por nombre. -¡Maldita tipa y maldito Ren! ¿Dónde quedaron las ganas y la voluntad para juntar lo de la renta?, siempre se deja llevar por las emociones y por sus antojos y nunca se percata del antojo de quién lo rodea, ¡A la mierda contigo y con la tipa. No acaba de pensar, cuando un jalón en su chaleco la aparto del mundo de la amargura, y una voz conocida y hasta molesta acompaño al jalón;
-¿Todo bien Denya? ¿Dónde está Ren, que no le tocó juntar el dinero contigo?
- No tengo porque contestar tus preguntas y en todo caso, ¿Tú no deberías estar haciendo precisamente éso con Mauro?. Denya estaba profundamente molesta, con sus ojos azules como flamas de butano y su voz carraspeando le pregunto a un recién llegado Fernando llamado por toda la palomilla sólo como Fercho.
-¿Dónde esta Mauro?
-¡Caray!, ¿Qué no tenemos derecho de tomarnos un “break” un desayunito?
Un poco de comida es necesario y Mauro y tú servidor nos disponíamos a realizar esa maniobra. Pero hablando de otra cosa, mi sexto sentido me indica que tu enojo fue producido por alguna tontería que hizo Ren, ¿No es así?, te ha de haber jodido y eso de hacer coraje sin haber desayunado primero es muy malo para la bilis.

Denya, cansada de todo, sólo libero tanta mala energía en forma de un cañonazo futbolero a la pobre espinilla de un más desdichado Fercho, al mismo tiempo que le gritaba;

-¡Yo soy la que te va a joder a ti y te voy a dar un malestar peor para tu bilis idiota, al final tú y Mauro se pueden ir al demonio!

Denya se alejo y esta vez sus zancadas la pudieron llevar hasta la luna en tres pasos. Mientras un adolorido Fercho se sobaba la espinilla con la mano derecha mientras que con la izquierda le dedicaba una señita a la que se retiraba. El dolor producido por la patada de la chica fue tal que el pobre Fercho se tuvo que sentar en la orilla de la banqueta a seguir con la sobada mientras resoplaba dos que tres groserías entrecortadas, después de no poco rato el dolor disminuyo y se dio tiempo de sacar una goma de mascar de su bolsillo y la disfruto rumiándola como vaca, haciendo tanto ruido con la boca abierta, tanto que no escucho a la persona que se acercaba por detrás y que acabo propinándole una buena patada en donde la espalda pierde su buen nombre a la vez que le gritaban:
-¡Hola pinché huevón!, deja de estar holgazaneando! ¿Qué no habíamos quedado en desayunar? Y mira como te encuentro en vez de encargar el desayuno en algún puesto del mercado cercano, te encuentro echado aquí sin pendiente tragando tu chicle como una vaca aunque al final más bien eres un buey.
Ahora si un muy adolorido Fercho sólo pudo rezongar ya cansado de tanta mala suerte con sus supuestos amigos.
-¡Maldición! ¿Qué le pasa a todo el mundo?, todos desquitan sus traumas conmigo, y tú que supuestamente eres mi amigo, me apuñalas por la espalda mientras me retorcía del dolor provocado por una dizque amiga.

Como respuesta Fercho solo recibió otro golpe en la nuca con la palma de la mano, un golpe de aquellos conocido en el bajo mundo como soplamocos o aplaca pendejos mientras un Mauro impaciente le regañaba con un: -¡Cállate!, deja de decir estupideces y mejor explícate eso “del dolor provocado por tu amiga”, aunque mejor me lo explicas mientras desayunamos en aquel puesto de comida, así que mejor mueves esas patas de burro.

El olor de las fritangas de chicharrón como las gorditas, las quesadillas, los tacos dorados, sopes, huaraches, pambazos y demás platillos preparados en todo el mercado en cocinas económicas y puestos de colores con motivos vivos casi siempre anaranjados amarillos y rojos, para provocar más antojo, llenaban el ambiente provocando suspiros de hambre a más de uno, la comida y el degustarla producían un cuadro lleno de vitalidad que solo en tales ocasiones se puede observar, no es lo mismo ver al ser humano llenando feliz el huacal a ver velorio sin tragar mas que penas.

Mauro y Fercho ordenaron un para de huevos estrellados como soles encima de un arroz blanco (el cuál se les había quemado poquito), pero como "con hambre todo es bueno".
Mauro fue el que comenzó a interrogar a un atragantado Fercho.
-¿Entonces? Baboso, ¿Me vas a contar lo que te ocurrió con esa amiga que te golpeo?

-Nada más por que tú pagas, de otra forma te mandaba al carajo con tus preguntitas. Bueno en fin, me tope con esa preciosura que tú uniste al grupo, aquella chica ojo azul, esa preciosidad que toca el violín de forma tan profesional, tu ilusión, Denya, metida en sus pantalones de mezclilla que le quedan como si se los hubieran pintado, delineando tan bien su hermosa figura y sobre todo le delinean tan bien el …

Otro golpe en la nuca de parte de Mauro, despejo la mente de Fercho de malos pensamientos;
-¡Basta de ser tan cerdo!, sólo cuéntame el por qué de ese golpe que te dio.

-¡Caray compadre!, que mal genio tienes, lástima que ella no te haga caso, harían muy buena pareja. -Dijo sonriendo malicioso Fercho-.  bueno total yo creo que el canijo ojo alegre de Ren, la hizo enojar, se debe de haber ido de perro tras algunas faldas y dejo colgada con lo de la renta a la buena de Denya ¡Que desperdicio!.
-Denya no aprende – dijo apesadumbrado Mauro, perdiendo el apetito- No se por que le ruega tanto a ese pendejo, nunca le va hacer caso.
-Que es lo mismo que pasa contigo, mira nada más tu ruegue y ruegue como si ella fuera la virgen y tú en búsqueda de un milagrito que nunca va a llegar – dijo un confiado Fercho-, es una nena tonta, pero cómo te encanta,¿No Mauro?.

Mauro se puso serio, sus cejas se arquearon y su mirada se fijo en el comelón Fercho, mientras carraspeaba secamente. -Me caes mal Fercho, me caes muy mal, cuando empiezas a sacar palabras a lo pendejo de tu hocico de perro, siempre tienes que sacar una sarta de tonterías, pura basura, no tienes fin, una vez que comienzas, a menos que uno te ponga quieto…

-¡Cálmate hermano!, el amor te pervierte, te vuelve loco, esa chiquita te va a matar de desilusión, eso sí le reconozco que tiene muy buena forma, pero es de esas que matan poco a poquito. El amor no tiene lógica, no atiende razones, pierde la mente de los hombres al grado de dejarlos inservibles, incluso nubla la mente de los más centrados, todos se abandonan por los labios que los atraen y cometen miles de actos insanos que en su vida cuerda no harían jamás, ese veneno tan dulce, es el peor de todos las cicutas, hermano un veneno bueno mata rápido y el veneno llamado amor solo empalaga y ataranta, mata de forma lenta y con tanto sufrimiento en el alma, que prefiero la bendita cápsula de cianuro.

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